Estoy en tus Manos, Padre del Cielo, y a ti te suplico que, como buen Alfarero me modeles según tu Voluntad. Haz, Señor, que mi corazón se sienta pobre y humilde y vomite todas las impurezas que el pecado le ha contaminado y, limpio de ellas, pueda entregarse, en paz y sosiego, a contemplarte en adoración y servirte en verdad y justicia.
Postrado ante Ti, mi Señor y Padre del Cielo, te pido que transformes mi vida, desordenada y esclavizada por el pecado, para que toda ella sea dedicada a servirte en la oración contemplativa y en el servicio, según tu Palabra, a los demás. Para ello, dame la sabiduría, la paciencia y la fortaleza de discernir con firmeza y voluntad por los caminos que Tú, mi Señor, quieres que camine y que te son agradables.
Transforma mi vida, Señor, y pon en mi corazón la ilusión, el deseo y la fuerzas de sólo servirte en el servicio y compasión a los demás. En tus Manos, Dios mío, como niño en las manos de sus padres, abro mi corazón para que con tu Amor y Misericordia sea modelado. Amén.
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