Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 4 de septiembre de 2018

¿CUÁL ES NUESTRO PROBLEMA?

Resultado de imagen de Lc 4,31-37
A nosotros ahora no parece que nos admire la Palabra de Dios. Hemos perdido esa espontaneidad y esa admiración. Quizás, la hemos oído tantas veces que hasta nos suena muy repetida y cansina. Hemos terminado por hacerla rutinaria e incluso en las Eucaristía podemos pensar, ¡vaya, otra ves el hijo pródigo! ¿Nos puede estar pasando algo de eso?

Sin embargo, es el mismo Jesús quien nos habla. El mismo Jesús que les habló a aquellos judíos, a los fariseos y a los escribas de su tiempo. ¿Qué nos está pasando? Esa es la pregunta que nos hacemos hoy. ¿Acaso estoy muerto? ¿O no produce ningún efecto la Palabra en mi corazón? ¿No me llega? ¿O hay otras razones?

¿Dónde está mi fe? ¿La he perdido o está dormida? Ante tantos interrogantes, lo primero que creo debemos hacer es estar tranquilos y serenos. Dios no nos ha abandonado y sabe de nuestros problemas y frialdad. No perdamos la paz y, serenos y confiados, tengamos paciencia, no dejemos de caminar a su lado y perseveremos en paz. El Espíritu Santo nos irá fortaleciendo y dándonos luz para que podamos ir entendiendo y sintiendo esa Palabra de Jesús dentro de nosotros.

Pidamos esa luz y esa capacidad de admiración y no perdamos nunca la fe. Porque, precisamente, esas son las pruebas que certifican y demuestran que tenemos fe. La fe se descubre cuando en la adversidad tú apuestas por el que crees perdido. El silencio de Dios está a nuestro lado paciente y espera de nosotros una respuesta que certificará que creemos en Él. Amén.

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