Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 23 de mayo de 2019

PIDAMOS NO DESFALLECER

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No hay otra oración con más sentido que ésta. Pidamos no desfallecer, y es que cada vez que rezamos el Padrenuestro le estamos diciendo esto a nuestro Padre. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Es decir, apartanos, Señor, de la tentación que me amenaza cada día para alejarme de Ti. Esa tentación de la pereza, de la comodidad, del bienestar, de la diversión, del placer, del gandulismo y del egoísmo.

Son muchas tentaciones que están todos los días amenazando mi débil humanidad. En mi camino, Señor, me siento desfallecer y experimento estar a punto de arriar la bandera de mi fe y dejar mi corazón a merced de la tentación. Por eso, Señor, dame la fuerza y la voluntad de permanecer en tu Palabra y guardar tus mandamientos, que es lo que yo precisamente quiero. 

Experimento que cuesta y que muchas veces me siento vencido por la apatía, la desgana, el aburrimiento y la concupiscencia. Y casi no tengo fuerzas para oponerme o me cuesta mucho superarlos. Lo peor es la constancia y la frecuencia con que me asaltan hasta el punto que hay momentos donde te sientes más débiles y más vulnerable.

Por eso, te pido, Señor, que me des paciencia, perseverancia y fe para soportar con tranquilidad, sin llegar a desesperar, todos esos momentos de desganas, desvanecimientos, apatías y tribulaciones para permanecer y perseverar en tu presencia. Amén.

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