Gracias, Señor, por ofrecerte para mi descanso. Confiado en tu Palabra y oferta, me abandono en tus brazos y descanso en Ti, Señor, porque, sin Ti mi vida pierde todo su sentido y mi cansancio termina por vencerme. Tú, Señor, ere mi vida y mi aliento y la esperanza que me levanta, me fortalece y me empuja cada día a seguir caminando sin desfallecer. Gracias, Señor.
Hay muchos momentos de mi vida que me siento derrumbar y que el camino se me nubla y la fuerzas me fallan. Las seducciones y tentaciones de este mundo son una muralla muy fuerte para superarlas, y mi naturaleza herida por el pecado un debilidad muy difícil de sostener. Me derrumbo ante los falsos espejismos de este mundo y, a pesar de conocerlos como falsos y mentiras, caigo cada día en la trampa. Sí, Señor, necesito descanso y ánimo para seguir adelante.
Por eso, Dios mío, la Palabras de tu Hijo, nuestro Señor, me llenan de aliento y esperanza. En ellas encuentro sentido y el deseo de continuar la lucha. En ellas experimento la esperanza de seguir adelante y de confiar, abandonado en tus Manos, en tu Palabra. Siento que puedo salir victorioso de esa lucha a muerte contra el Maligno que me tienta y trata de seducirme.
Tú, Señor, me das fuerzas, me animas y me llenas de gozo y alegría para, descansado en Ti, continuar el camino con renovadas fuerzas y alegrías. Gracias, Señor, por la esperanza y el anhelo de vivir. Vivir una vida nueva llena de gozo y plenitud eterna. Amén.
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