HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.
Una cosa es decirlo y otra hacerlo. Me refiero a la reconciliación. No parece que nos sea muy difícil reconciliarnos con Dios, pero la cosa cambia cuando tenemos que hacerlo con otras personas de la misma naturaleza que la nuestra. A nuestro Padre Dios no lo vemos y nos consideramos inferiores y, por tanto, nos resulta más fácil humillarnos, obedecerle y arrepentirnos de ofenderle.
Pero, todo cambia con respecto a los hombres. La cosa es diferente y, pedir perdón a uno igual que yo, y que, quizás lo considero menos que yo, me resulta muy difícil, hasta el punto que no puedo hacerlo. Entonces experimento que necesito la Gracia y el auxilio del Espíritu Santo. Sin Él no podré hacerlo. Por eso, en el Sacramento de la Reconciliación encuentro las fuerzas para perdonar a aquellos que he ofendido o me han ofendido.
No se trata de reconciliarme con Dios yo sólo y que todo quede entre Él y yo, sino que, esa reconciliación me valdrá en la medida que yo me reconcilie con el ofendido o con el ofensor. Es decir, según sea yo el que haya ofendido o sea el ofendido. Y nos damos cuenta que así debe ser, porque es lo que verdaderamente le da sentido a esa intención de dolor de contrición y de arrepentimiento. No queda sólo en palabras sino que realmente demuestras tu arrepentimiento humillándote o siendo misericordioso ante la persona ofendida u ofensora.
Pidamos al Espíritu Santo que nos dé la fortaleza y la voluntad necesaria para afrontar nuestras acciones, con verdadera humildad y mansedumbre, con las que podamos ofender o ser ofendidos ante los demás. Amén.
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