Señor, si Tú me envías, sabiendo quién soy y cómo soy, es porque confías en mí. ¿Cómo puedo yo negarme y no confiar en Ti? ¿Acaso pienso que mi palabra es mas sabía que la Tuya? ¿Acaso creo que me bastan mis fuerzas? Perdona, Señor mi osadía y mi atrevimiento. Perdona, Señor, mi imprudencia y mis pecados. Dame, Señor, la sabiduría de entenderte y de comprender que solo en Ti puedo encontrar el poder y la fuerza de liberarme de mis ataduras y esclavitudes.
Tú, Señor, eres la Roca que me salva y en la que quiero apoyarme. Dame la Gracia de saberlo y de llevarlo a mi vida. Toda mi seguridad, mi fortaleza, mi apoyo y, por supuesto, mi salvación están en Ti, Señor. Y en Ti, mi Señor, quiero poner todas mis dudas, miedos, temores y debilidades para caminar obedeciendo tus mandatos.
Porque, Tú, Señor, eres el Camino, la Verdad y la Vida que me lleva a esa morada junto a la Casa de tu Padre. Amén.
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