Has escogido, Señor, la semilla más pequeña para demostrar tu poder. Lo pequeño lo haces grande, y así comparas tu Reino con la semilla de mostaza, la más pequeña y la que se hace más grande.
También has escogido a los más pequeños, los pobres y excluidos , y a los que nos sentimos incapaces de hacer cosas grandes, salvo cuando estamos injertados en Ti, Señor. Porque Tú eres el Señor de todo lo Creado, y así te ha parecido bien hacer las cosas.
Te pedimos, Señor, la sabiduría y la fortaleza de proclamar tu Verdad con paciencia y perseverancia, sabiendo que, poco a poco, crecerá y llegará a todos los rincones del mundo. Porque la Verdad ha sido proclamada para extenderse por todos los lugares y para llegar a todos los hombres. Y llegará, a pesar de tantas dificultades y obstáculos que, los que quieren impedirlo, pongan en el camino.
Eso sí, Señor, que no abandonemos el cultivo de esa pequeña semillita, aunque no veamos resultados, y que sostengamos la confianza de que echará raíces y frutos que llegarán a todas partes del mundo.
Tú, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna, y si comparas tu Reino con la lavadura que fermenta la masa y se hace grande hasta compartirse con y para muchos. Yo quiero pedirte, Señor, que transformes mi corazón en esa levadura que, introducida en la masa, la fermente y la llene de tu Gracia y tu Palabra.
Dame, Señor, esa capacidad para poder ser semilla y levadura, y donde quiera que vaya mi vida, sea una oportunidad de sembrar y fermentar tu Palabra de salvación. Amén.
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