A nadie le gusta negarse. O dicho de otro modo, a todos nos cuesta renunciar a lo que nos atrae, nos gusta, porque nos da placer, y nos divierte y satisface. Cuando decimos que es ley de vida, queremos significar que nos cuesta demasiado vencer esa inclinación o tendencia. Es el resultado de nuestra humanidad y de nuestro pecado. Estamos esclavizados y sometidos, y liberarnos nos exige un gran esfuerzo.
Entre otras cosas porque dejaríamos de ser humano si no experimentásemos esas inclinaciones que nos inducen al relajamiento, abandono y a un apetito desordenado. O al menos, despreocupado y egoísta. Negar esa realidad es auto engañarse. Y la mejor actitud es enfrentarse desde la humildad, la sencillez y la unión con y en el Espíritu Santo.
No estamos solos. Hubiese sido disparatado o imposible dejarnos solos. O darnos una voluntad de hierro y poderosa para poder vencer nuestras inclinaciones y pasiones. Dios lo ha hecho como ha querido, y ha querido estar junto a nosotros y colaborar con nuestro pequeño esfuerzo. Tenemos el regalo de la libertad y la voluntad, y, fundamentalmente y más importante, la Gracia de Dios para luchar y vencer en la renuncia de nuestras propias pasiones.
Hoy, Señor, desde este "Rincón de oración", nos postramos ante Ti para pedirte que fortalezcas nuestra voluntad y afirmes nuestra libertad, para que no te fallemos, y para que tengamos el valor de sostenernos triunfante en esa lucha de cada día, cuerpo a cuerpo, con las fuerzas del mal, que amenazan con distraernos y sumergirnos en un mundo de apariencias, de mentiras y espejismos.
Aumenta, Señor, nuestra fe y llénanos de tu Sabiduría, para que, este mundo que nos tienta y nos puede, no haga mella en nosotros, ni tampoco nos distraiga de tu Camino. Porque Tú, Señor, sólo Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario