Sería difícil servir desde arriba. Y entendemos desde arriba la actitud de considerarnos mejores, suficientes y jefes. Es difícil ser pastor, misión de proteger y cuidar las ovejas, y fácil convertirnos en capataces, jefes y directores a los que otros sirven.
Ocurre eso muchas veces que, en lugar de pastores somos capataces. Me gustó oír esa comparación del propio Papa Francisco.. Y es verdad, por muy poco dejamos el último puesto de pastor del rebaño, que vigila, cuida y alimenta espiritualmente a sus ovejas una a una, poniéndonos, cada cual en su misión o lugar, al servicio de ellas, a pasar a ser el capataz, que manda, dirige y organiza, siendo servido por las ovejas de su rebaño.
Quizás, sin darnos cuenta, nos puede estar pasando eso. Por eso, postrados en su presencia, pidamos al Señor esa humildad que necesitamos; esa fortaleza necesaria; la sabiduría de discernir y situarnos en lo que necesariamente debemos hacer, la luz para encontrar el camino y la caridad para poder vivirlo con el verdadero amor y entender que, sólo dándonos, y para ello situarnos en el último lugar, podemos alcanzar los primeros puestos.
Primeros puestos que consisten en gozar eternamente en la presencia del Dios Padre, que nos abre la puerta de su Corazón para que vivamos en Él la dicha eterna de su Gloria. Amén.
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