Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
Mostrando entradas con la etiqueta Eucaristía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Eucaristía. Mostrar todas las entradas

viernes, 23 de abril de 2021

EMBRIAGAME DE TU SANGRE, SEÑOR, QUE BAÑE TODO MI CUERPO

 

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

 

Tu Cuerpo y tu Sangre, Señor, alimentan mi cuerpo y mi alma. Deseo y quiero recibirte cada día y acudo a la Eucaristía con esa hermosa y santa intención. Soy consciente de mis pecados y los pongo en tu presencia limpiándolos con frecuencia en ese hermoso Sacramento de la reconciliación. 

Te pido, Señor, que mi humilde y mísero cuerpo se transforme y confunda con el Tuyo. Que mi sangre sea la Tuya y mi alma se asemeje a tu Espíritu. Porque, creo Señor, y eso te pido, que pueda sentir y experimentar, que cada momento Eucarístico mi ser queda configurado con el Tuyo y eres Tú quien vives en mí. Y eso es lo que quiero y te pido, que mi corazón se abra al Tuyo y deja actuar al Espíritu Santo para que mi ser y obrar sean, cada día, más parecido a Ti.

Creo, Señor, que en cada Eucaristía Tú estás presente y, aunque me cueste creerlo, yo lo creo a pesar de que mis sentimientos no puedan experimentarlo. Pero, mi fe, Señor, está ahí y mi corazón me dice que solo Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Sé que mi fe no es lo que me gustaría que fuera, pero, te doy gracias porque está presente en mi corazón y me conduce a Ti. 

Eso sí, Señor, experimento que sin Ti mi vida quedaría perdida, sin sentido y sin rumbo. Eso ya, me dice mi corazón, es fe, aunque sea poca e insuficiente, Pero, confío en Ti, Señor, y aprovecho esta ocasión para insistir y pedirte que aumentes mi fe. Hasta dentro de un momento en la Eucaristía. Hasta luego, mi Señor.

martes, 13 de abril de 2021

UN CORAZÓN NUEVO

 

Aquel invitado a la boda había asistido sin el vestido nuevo - parábola del los invitados al banquete de boda - Mt 22, 1-14 -. Había llevado el mismo corazón que tenía antes de ser invitado y, quizás, o sin quizás, no había reparado en ello o había sido indiferente a prepararse y cambiar su corazón - vestido -.

Igual puede sucedernos a nosotros ahora. Somos invitados al banquete eterno - Eucaristía - cada día y rechazamos la invitación o asistimos sin el vestido adecuado. Pero, lo más grave es que nos hemos acostumbrado e instalados en esa actitud y nuestro corazón se ha endurecido y encallado en esa situación de indiferencia y pasividad.

Pidamos, pues, la Gracia del agua y del Espíritu que, recibida en nuestro bautismo, nos suavice, nos limpie y nos abra los ojos de la Sabiduría que viene de arriba, que nos la regala el Espíritu de Dios y nos la ofrece para que caminemos por el camino, valga la redundancia, de la verdad y del amor que nos viene de Dios. Amén

lunes, 8 de febrero de 2021

¡QUE TODA MI VIDA TENGA SU ORIGEN EN TI, SEÑOR!

 

Quiero moverme, Señor, siempre partiendo de Ti. Como si se tratara de círculos concéntricos y Tú, Señor, fueses en centro de mi vida. De Ti y contigo, Señor, arranca toda mi vida y según tus mandatos quiero yo ordenarla. Pero, mi pobreza se pone de manifiesta cuando aparecen mis apetencias, mis pecado y la indolencia se apodera de mi ser. Por eso, Señor, te necesito y quiero permanecer en todo momento en Ti.

Pero, soy consciente y me doy cuenta, Señor, que estar contigo me exige sostenerme en constante contacto contigo y estar cerca de Ti. Porque, tu cercanía y tu contacto me fortalecen y me llenan de esperanza y gozo. Me dan vida y sanan todas mis dolencias físicas y espirituales. Dan sentido a mis exigencias, a mis esfuerzos y a mis limitaciones y me animan, a pesar de la cruz que mi vida me impone, a seguir tus pasos y estar cerca de Ti. Tan cerca hasta el punto de poderte tocar.

Porque, la Eucaristía es la más grande y hermosa acción de gracia y el momento álgido en el que tocamos al Señor y lo recibimos como alimento corporal y espiritual para tomar fuerzas y luchar contra todas las inclemencias que nos presenta la vida tanto materiales como espirituales. Porque, lo más grave que nos pueda pasar es dejarnos tentar por el Maligno que está pendiente de seducirnos, engañarnos y alejarnos del Señor, porque, alejados de Él quedaríamos a merced del tentador.

Por eso, Señor, consciente del peligro y la amenaza del Maligno, quiero pedirte fortaleza, paz y sabiduría para perseverar, resistir las seducciones del tentador y perseverar con firmeza y paciencia el camino, permaneciendo a tu lado y cerca de Ti en cada momento. Gracias, Señor.

jueves, 9 de abril de 2020

EUCARISTÍA - CENA DEL SEÑOR

4-18-2019 Holy Thursday – Evening Mass of the Lord's Supper Gospel ...


H I M N O
¡Oh recordatorio de la muerte del Señor,
pan vivo, que das vida al hombre!
Da a mi alma que de ti viva,
y disfrute siempre de tu dulce sabor.

Piadoso pelícano, Jesús Señor,
límpiame a mí, inmundo, con tu sangre;
una de cuyas gotas puede limpiar
al mundo entero de todo pecado.

¡Oh Jesús, a quien ahora veo velado!
Te pido que se cumpla lo que yo tanto anhelo:
Que, viéndote finalmente cara a cara,
sea yo dichoso con la vista de tu gloria. Amén.
Vísperas del jueves Santo.


jueves, 30 de mayo de 2019

ANSIOSOS DE ESTAR CONTIGO, SEÑOR

Resultado de imagen de Jn 16,16-20
Supongo que a los cristianos de hoy nos ocurre lo mismo que los de los primeros siglos, sobre todo, los que estuvieron con Él, sus discípulos más íntimos, los apóstoles. Todos queremos estar con el Señor y que el Señor nos dirija y nos envíe. Él es el Señor y en Él y con Él nuestra fortaleza y disponibilidad nos parece que sería diferente y plena. Sin embargo, Él nos invita a que dentro de poco lo volveremos a ver.

Y esa Palabra de Jesús se cumple, porque todo en Él se cumple. Está con nosotros y aunque eso no nos libre de nuestro propio camino de cruz, sí lo podemos tocar, hablar con Él y sentirnos junto a Él. Se ha quedado en el Sagrario y se hace alimento bajo las especie de pan y vino para fortalecernos, para animarnos, para darnos ánimo y esperanza y para decirnos que pronto estaremos con Él.

No perdamos la esperanza de sentirnos muy cerca de Jesús en cada Eucaristía, hasta el punto de alimentarnos espiritualmente con su Cuerpo y su Sangre. Y tengamos muy presente que podemos visitarle en el Sagrario y pedirle todas nuestras necesidades para sentirle, experimentarle y llenarnos de gozo y alegría. Pero, también tengamos en cuenta que tenemos que tomar nuestra cruz y cruzar el mismo camino que Él ha cruzado. También nos lo ha dicho. 

Por tanto, llenos de alegría y gozo interior sepamos que Jesús nos ha prometido estar con nosotros y su Palabra es Palabra de Vida Eterna. Siempre se cumple. No perdamos la esperanza ni la fe en Él. Pidámosle que nuestra fe aumente; pidámosle que nuestra alegría se sostenga en Él y pidámosle la Gracia que nos dé la fortaleza y la sabiduría de no perderle nunca de vista. Amén.

viernes, 10 de mayo de 2019

DAME, SEÑOR, DE ESE PAN QUE ME LLEVA A LA VIDA ETERNA

Resultado de imagen de Jn 6,52-59 visto por Fano
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 



No es cuestión de preguntarse sobre si podemos o no podemos llegar a parecernos a Jesús. Es más cuestión de creer en su Palabra y obedecerle. Porque, es precisamente Él quien nos lo ha dicho: En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.… - Jn 14, 12-13 -.

Por lo tanto, es Palabra de Dios, y sólo nos queda ponernos manos a la obra. Otra cosa son nuestras dudas, nuestras limitaciones y nuestros pecados, que nos impiden creer y esforzarnos en esa misión. Como podemos advertir, la fe es imprescindible. Y su estancia entre nosotros está relacionado con eso, porque se ha quedado en el Sagrario y en cada Eucaristía realiza el milagro de entregarse por nosotros y ofrecerse bajo las especies de pan y vino para servirnos de alimento espiritual y confortarnos para realizar esa misión a la que nos ha llamado.

Él es el Pan Eucarístico que se nos da como alimento espiritual para que asimilemos su estilo de vida y su manera de pensar así como sus sentimientos. Y eso se va realizando en la medida que permanecemos unido con Él. Pero, conscientes de nuestras dificultades, te pedimos, Señor, que nos inundes de tu Gracia, de tu Fortaleza, de tu Espíritu y nos transformes según tu estilo de vida y tu forma de pensar y ver a los hombres.

Porque, queremos ser como Tú, y pensar como Tú, y ver a cada hombre y mujer como Tú los ves, y no bajo las apariencias con la que se nos presenta. Para poder llegar al fondo de sus corazones y amarlos como Tú, Señor, los amas. Misión que se nos antoja dificilísima e imposible, y menos si no estamos injertados en Ti y en plena y estrecha unión contigo.

Por eso, Señor, te pedimos que nos des de ese Pan de Vida Eterna que Tú nos ofreces cada día en cada Eucaristía y que perseveremos en acercarnos y celebrar esa comida que es comida de Vida Eterna. Amén.

jueves, 9 de mayo de 2019

DANOS, SEÑOR, DE ESE PAN DE VIDA ETERNA

Imagen relacionada
Poco a poco, y en la medida que comamos su Cuerpo Eucarístico, vamos asemejándonos a Cristo Jesús. Él es el verdadero Pan bajado del Cielo que nos alimenta y nos conforta. Es un alimento que nos va asimilando a su estilo de vida si le ofrecemos la morada de nuestro corazón bien intencionado y arrepentido de todas nuestras faltas y omisiones. 

Jesús nos atrae y nos va haciendo asimilar su estilo de vida. Nos hace ir despertando nuestra hambre de Dios y sed de escuchar su Palabra. Su comida y bebida es de Vida Eterna. Por eso, Señor, consciente de la necesidad de alimentarnos Eucarísticamente te pedimos que nos des esa voluntad de acercarnos diariamente a la Eucaristía y participar de ese alimento que te haces para cada uno de nosotros.

Infunde en nosotros, Señor, el deseo de desearte como alimento y centro de nuestra vida. Danos tu Pan vivo. Quiero vivir cada Eucaristía como un encuentro personal contigo, reconocer tu presencia, sentir tu calor y alentar tu amor en mí pobre corazón. Y, sobre todo, Señor, no desfallecer, porque hay momentos que me cuesta ir y que me distraigo. Hay momentos de confusión, de desgana y abatimiento. Hay momentos de peligro de caer en la rutina y en la indiferencia.

Renueva, Señor, ese amor primero que tuve contigo y que mi corazón se llenaba de gozo y alegría. Haz que siempre mi pobre corazón se mantenga joven, en actitud renovadora y que crezca en vivir tus mismos sentimientos según tu Palabra. No permitas que me quede en la mediocridad y que transmita mediocridad, sino que viva intensamente tu Palabra y transmita tu Palabra con la Gracia que me viene de Ti, mi Señor.

Yo, por lo que a mí corresponde, trataré de esforzar toda mi voluntad para perseverar y estar a tu lado y alimentarme de ese Pan que eres Tú, bajado del Cielo. Un Pan que da Vida Eterna. Amén.

miércoles, 29 de agosto de 2018

UNIDOS AL SEÑOR

Resultado de imagen de Mc 6,17-29
Para dar testimonio y defender nuestra fe es necesario estar plenamente unido al Señor. Desde nuestro bautismo hemos recibido al Espíritu Santo, y en Él podemos encontrar toda la fortaleza y la sabiduría necesaria para defender y proclamar la buena Noticia de salvación. Incluso por encima del valor de nuestra vida. Juan es un testimonio de ello y muchos mártires más que han seguido el mismo camino.

Pero, nunca podemos enfrentarnos a ello sin estar llenos de Dios, que significa tener nuestro corazón rebozando de deseos de proclamarlo, de anunciarlo y de darlo a conocer a todos los hombres. Deseos que rebozan nuestro entusiasmo y nos capacitan, nos dan fuerza y ánimo para anunciarlo y proclamarlo. Deseos que nos llenan de sabiduría y de esperanza y nos llenan de alegría y, de justicia, de misericordia, de fe y amor.

Sólo con esas fuerzas podemos anunciar al Señor. Y las tomamos del contacto a diario con Él. Las tomamos del alimento de la Eucaristía de cada día o cada domingo. Las tomamos de la confesión con regularidad, de la oración constante y diaria, del trato íntimo con el Señor. Y con el auxilio del Espíritu Santo, que nos asiste y nos fortalece con sus dones y frutos.

Sería disparatado y absurdo querer emprender esa labor sólo con nuestras fuerzas. Necesitamos estar llenos de Dios y seguir sus impulsos y señales. Quizás todos no podemos ser Juan Bautista, ni tampoco Pedro u otros, pero si podemos ser buenos hijos de Dios y dar todo lo que Él quiera y haya pensando de nosotros. Esa es nuestra disposición, ponernos en su Manos para hacer su Voluntad, tal y como dijo e hizo nuestra Madre María. Pidamos esa Gracia al Señor. Amén.

domingo, 19 de agosto de 2018

UN ALIMENTO DE CADA DÍA

Resultado de imagen de Jn 6,51-58
Es posible que no puedas celebrar la Eucaristía cada día y recibir el alimento de Vida Eterna, pero no deje nunca de comerlo cada semana, aunque no pueda ser el domingo por circunstancias de trabajo, si algún día de la semana. La Eucaristía es la Vida de la Gracia y el alimento que nos va haciendo mejores cada día.

Pero, si puedes tomarlo cada día, ¡hazlo!, porque no hay alimento para el espíritu mejor. En la Eucaristía es el mismo Jesús que se nos da y comparte su Vida con la nuestra; su Gracia con la nuestra. Eso sí, siempre en el esfuerzo de tomar conciencia que el Señor se hace presente y se nos da realmente. Pero, sin más preocupaciones que la de unos niños que creen en su Padre y tratan de imitarle en su vida diaria. Para ello necesitan conocerle y alimentarse de su Espíritu.

Es la fuerza de Jesús quien nos irá transformando en la medida que tú te entregues y te dejes transformar. Porque, eres libre y de ti depende la decisión de creer en Jesús y tomar ese alimento de Vida Eterna que Él te ofrece y te da gratuitamente. No hay que asustarse ni preocuparse, porque el Señor sabe de lo que somos capaces, conoces nuestras cualidades y talentos y no nos exigirá más de lo que podemos dar.

Nosotros, como buenos hijos, obedientes y dispuestos a esforzarnos en todo lo que Él nos vaya indicando e iluminando.  Es verdad, como nos decía ayer el Evangelio, tenemos que ser como niños que obedecen, imitan y se fían de sus padres. También nosotros, abajándonos con verdadera humildad encontraremos el camino con Jesús. Porque, Él es el único y verdadero Camino, Verdad y Vida. Amén.

domingo, 3 de junio de 2018

UNIDOS EN TORNO A TI

Resultado de imagen de Mc 14,12-16.22-26
No nos cabe ninguna duda que gracias a esa última Cena, Señor, permanecemos unidos y reunidos en torno a Ti. Tú nos has señalado el camino de permanecer junto a Ti. Entre muchas razones, una muy importante. Tú eres lo verdaderamente y único importante. Tú eres el alimento, la fuerza, la razón de nuestra unidad y de nuestra fe. ¿Cómo mejor que estar unidos en torno a tu mesa, Señor? No hay otra forma y Tú lo sabías y así lo dispusiste.

Y hoy, Señor, queremos levantar nuestra voz para decirte que queremos permanecer reunidos contigo cada día o semana junto a Ti. Sí, en torno a tu mesa, esa mesa que Tú presides y que te nos das bajo las especies de pan y vino. Esa Cena que, por el poder del Espíritu Santo te conviertes en el alimento que necesitamos para seguir el camino que Tú nos trazaste y nos has enseñado.

Sólo podemos decirte gracias, Señor. Muchas gracias porque, a través del sacramento del orden,  los sacerdotes representándote en la celebración Eucarística, celebran esa Cena que Tú has dejado como instituida exhortándonos a que lo hagamos en memoria tuya y como alimento para nuestra alma. Gracias, Señor, porque en ese alimento te has quedado con nosotros y nos acompaña en la lucha de cada día contra los poderes del mal. Mil gracias, Señor.

No hay mayor privilegio que el poder tenerte entre nosotros y en poder escuchar tu Palabra y recibirte como alimento para continuar avanzando hacia Ti. La Eucaristía es el Misterio y Milagro que nos has dejado para fortalecer nuestra unidad y nuestro vínculo de amor y paz entre todos en nosotros. En torno a Ti, Señor, nos reconocemos hermanos y nos prometemos auxilio, ayuda, paz y amor. Tú nos muestra el camino en cada Eucaristía y nos aúna y fortaleces para, a pesar de nuestros errores y pecados, poder perdonarnos y permanecer unidos. Gracias Señor por tanto amor. Aumenta nuestra fe y sostennos firmes y unidos en torno a tu mesa. Amén

miércoles, 2 de mayo de 2018

NECESITO VIVIR CADA INSTANTE DE MI VIDA EN TU PRESENCIA

Resultado de imagen de Jn 15,1-8 según Fano
No puedo imaginarme dar un paso sin tu presencia, Señor. Sin embargo, mi humanidad es tan pobre y pecadora que me distraigo y el mundo me despista y me desorienta. ¿Cómo puedo dar verdaderos frutos de amor, porque en eso consiste dar frutos, sin estar conectado al único y verdadero Amor? Sin Ti, ya me lo dices Tú, Señor, no puedo hacer nada, y sería un disparate y una cabezonería atreverme a hacerlo.

Dame, Señor, la sabiduría de discernir la verdadera elección de mi camino, que no puede ser otra que seguirte a Ti, porque sólo Tú eres el Camino, Verdad y Vida. Seguirte permaneciendo en Ti cada instante de mi vida y cada paso. Pero, ¿dónde puedo encontrarte? También eso, Señor, me lo has dejado bastante y meridianamente claro:  junto a los hermanos en la fe, hoy la parroquia, y en los grupos que allí se unen para compartir su fe y trabajar para dar frutos.

Pero, sobre todo, en la Eucaristía, que Él nos dejó en su última Cena invitándonos a celebrarla en su memoria. Ese pan y ese vino que tras la acción del Espíritu Santo, epíclesis, se convierten en su Cuerpo y en su Sangre, y del cual tomamos nosotros el alimento espiritual para fortalecernos en la lucha diaria contra las seducciones y tentaciones que el mundo nos presenta. 

Eso es permanecer. No significa recordarlo y acordarnos de Él, ni hacer algunas oraciones cada día o leer las escrituras. Significa todo eso, pero sobre todo, alimentarnos de ese alimento Eucarístico que nos transmite su misma vida y nos da fuerza para continuar el camino. Sobre todo si podemos y está al alcance de poder hacerlo diariamente. Necesitamos al Señor, pero también necesitamos poner todo lo que está de nuestra parte, pues para eso nos ha creado libres.

Y esa debe ser fundamentalmente nuestra oración, pedirte Padre que nos des la luz y la capacidad de discernir cada momento de nuestra vida en tu presencia. Contar contigo para decidir todas nuestras acciones y ponernos en tus Manos para que se haga tu Voluntad y no la nuestra. Amén.

viernes, 8 de julio de 2016

LA GRACIA DEL BAUTISMO QUE NOS INMUNIZA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




Como si de una vacuna se tratara, la Gracia santificante en el Bautismo nos incorpora a Xto. Jesús, y con Él somos mayoría aplastante. Por eso, conviene permanecer injertado en Él y nos separarnos. Para ello, la oración de cada día, la Eucaristía, al menos los domingos, pero si se puede más, más, y la Penitencia, por la que renovamos la Gracia que nos purifica y nos fortalece de nuestras caídas y fallos.

Necesitamos estar alimentado con el Pan Eucarístico para resistirnos, por la Fuerza y Gracia de Dios, de todas las tentaciones que el mundo nos ofrece, y para cumplir con la tarea de renunciar a nuestras apetencias y vivir en la Voluntad de Dios. Y eso no lo conseguiremos si nos apartamos del rebaño, si creemos que con nuestras fuerzas lo conseguiremos y, sobre todo, creyéndonos que somos fuertes y podemos.

Eso es ya una tentación y una estrategia del demonio, que nos hace creer y apoyarnos en nuestras fuerzas, que nos echa la lisonja para engreírnos, para que nos sintamos fuertes y poderosos y creamos que nosotros solos podemos sin necesidad de orar y apoyarnos en los hermanos y, sobre todo, en la Eucaristía.

Pidamos al Espíritu de Dios que nos ayude y que nos dé la capacidad de no alejarnos nunca de la Iglesia, ni de los hermanos y las comunidades donde podemos, al compartirla, fortalecer nuestra fe. Porque allí, donde dos o tres estamos reunidos, allí está el Señor con nosotros.

Y pidamos la sabiduría y la paciencia necesaria para perseverar y no desfallecer, Para afirmarnos, a pesar de las persecuciones, contratiempos, engaños y ofertas que tratan de seducirnos y apartarnos del verdadero rebaño de Dios. Porque Dios sólo hay uno y ese uno nos ha enviado al único y verdadero Mesías que ha dado la vida por nosotros. Amén.

viernes, 4 de marzo de 2016

SINTIÉNDOME AGRADECIDO Y AGRACIADO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




No puedo sentirme triste, sino todo lo contrario: alegre y agraciado. Primero, porque tengo un Padre Dios, que su Hijo único, Jesús, me ha revelado como un Padre bueno que me ofrece gratuitamente la salvación. Y, no sólo me la ofrece, sino que me acompaña, en el Espíritu Santo, para ayudarme a poder cumplir y vivir esa promesa y ofrecimiento de salvación.

Las dificultades no son pocas. Muchas y difíciles. El hecho de amar es una gran dificultad. Humildemente, creo que lo más difícil de nuestra vida. Porque amar cuesta, y más si se tiene en cuenta que hay que hacerlo de forma especial y concreta con los enemigos. Decirle a alguien que tiene que amar a sus enemigos, es como decirle que la vida es al revés de lo que él piensa.

Y eso sólo se puede entender desde el Poder y el Amor de Dios. Sí, Él lo hace, porque lo dice y porque nos lo ha demostrado. Su Vida y sus Obras nos dejan callado, sin lugar a réplica porque, no sólo procede, sino que no es necesario. No hay argumentos para rebatir. La Vida y sus Obras lo explican y dejan claro todo. ¿Qué, entonces podemos decir nosotros?

Simplemente, creer que es Verdad y que sólo en Él podemos alcanzar ese amor que Él nos promete. Por eso, Señor, sin lugar a dudas, ni perder el tiempo, transforma nuestro corazón endurecido y egoísta, en un corazón humano de carne, pero lleno de amor y misericordia, para, desde Ti, darnos y derramarnos sobre los demás. Tú sabes, Señor, que sin Ti no podemos lograrlo. Y nosotros también lo sabemos, o, al menos, lo debemos saber. Sin Ti nada podemos lograr ni alcanzar.

Por eso, Señor, me siento agradecido y alegre. Porque sé que Tú me buscas, me quieres y me das la salvación. Te das en Pan y Vino, que yo tengo, por la suerte y colaboración de un sacerdote, pero, principalmente por tu Gracia, recibirte algunos días, y eso me hace sentirme agradecido y más responsable. Dame la Gracia de responder a tu Amor y estar cerca de Ti, no por mis cumplimientos, sino por mi amor a Ti visible en mi amor a los hermanos. Amén.

lunes, 8 de febrero de 2016

NOSOTROS PARTICIPAMOS DE LA VIDA DE DIOS




Nosotros estamos más cerca del Señor. Tan cerca que participamos de su misma Vida. La Eucaristía es la medicina de la inmortalidad. San Ignacio de Antioquía, así, consideraba a la Eucaristía como «la medicina de la inmortalidad y el antídoto para prevenirnos de la muerte, de modo que produce lo que eternamente nosotros debemos vivir en Jesucristo.

No podemos desaprovechar esta oportunidad por la que Cristo se hace alimento para nosotros y presencia en nosotros mismos, haciéndonos participe de su misma Vida. En Él somos, no sólo curados, sino también transformados con un corazón semejante a Él. Pidamos no perder esa Gracia y, permaneciendo cercanos a Él, perseverar en su Espíritu.

Te damos gracias, Señor, por darnos tu Cuerpo espiritual como alimento para nuestra vida y salvarnos de la muerte y del pecado. Te damos gracias, Señor, porque eres Tú quien sale a nuestro encuentro, quien nos espera y quien nos salva, y quien te hace encontradizo con cada uno de nosotros. Danos esa fuerza que necesitamos para vencer las tentaciones de este mundo y permanecer en tu amor.

Danos la sabiduría de saber buscar todas las cosas que necesitamos en esta nuestra vida, no en el mundo, que nos engaña y nos pierde, sino en Ti, Padre Bueno que nos sana, nos das la plena felicidad y nos salva de la esclavitud de la muerte y del pecado.

Despierta en nosotros el interés, la admiración o el deseo de buscarte, porque sólo en Ti encontraremos la felicidad, la paz y la inmortalidad que queremos, deseamos y buscamos. Amén.

jueves, 28 de mayo de 2015

TE HAS QUEDADO EN LA EUCARISTÍA PARA SER MI ALIMENTO



Posiblemente no hayamos descubierto la importancia de la Eucaristía. Y eso será debido a que tampoco hayamos descubierto el Amor del Señor y lo fundamental de su presencia. Quizás también tengamos dudas, aunque no nos la planteemos, de su Resurrección. Porque, como de forma inconsciente y, porque así nos lo han enseñado, confesamos que Jesús ha Resucitado y está vivo, pero nada más. No somos consciente de ello.

En verdad, ¿sabes lo que significa decir y creer que Jesús Vive y está contigo? Simplemente que puede estar dirigiendome estas palabras y mi vida, si yo soy capaz de entregarsela y creer en Él. Que está presente cada instante de mi ser y actuar y que le ha hablado al Padre Dios de mí. Y si eso es así, ¿cómo puedo pasar un día sin ir a verlo?

La Eucaristía debe ser como el aire que necesito para respirar. Necesito llenar mi corazón cada día de tu Cuerpo, Señor, para tomar fuerzas, luz y sabiduría que me descubran el camino que conduce hacia Ti. Sé que hay muchos obstáculos que se interpondrán en mi camino, y que tratarán de distraerme, convencerme y hasta entorpecerme para que no acuda a recibirte y te olvide, pero yo quiero seguir manteniendo tu amistad.

Estás esperándome pancientemente y no me exiges que te vaya a visitar. Eso sí, me recibes siempre que vaya con los brazos abierto y con la misma alegría como si fuera todos los días. Me lo has dicho en la parábola del hijo prodigo. Eres un Padre que siempre me esperas con los brazos aunque no me lo merezca. Perdona Señor mi ignorancia y mis pecados por tanta ingratitud.

Señor, dame la sabiduría y voluntad de no desfallecer y no dejarte de visitar nunca más en toda mi vida. Aunque no lo comprenda y mis dudas no me dejen en paz. Yo, eso quiero decirte y confesar, quiero, a pesar de todo, seguir a tu lado y visitarte todos los días. Amén.

viernes, 24 de abril de 2015

¡SEÑOR, TU CUERPO Y TU SANGRE ME CONFORTAN!

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS


 

No me voy a comer el Cuerpo del Señor, sino que en el Pan de Vida comulgo con el corazón del Señor y transformo mi corazón como el de Él. Comulgar es latir en la misma sintonía que el Corazón de Jesús. Es estar abierto a la vivencia del perdón y el amor. Es desprenderte de todo aquello que te ata y te impide salir de ti para darte al otro.

Es el caballo de batalla que todos los pecadores tenemos como frente de lucha. Vencernos a nosotros mismos. En la Eucaristía encontramos a Jesús que nos conforta y nos transmite ese impulso fortalecido por su Espíritu para vencernos y vencer las tentaciones que nos ofrece el Maligno. Comulgar es abrirme y dejarme llenar por el Espíritu de Dios que se me transmite en y bajo las especies de Pan y Vino.

Gracias Señor por hacerte alimento de mi corazón y de mi vida. Gracias Señor por infundirme la sabiduría, la fortaleza y la paz de tu Espíritu, para poder vencer todas las dificultades que la vida me pone y el demonio me presenta. Gracias, Dios mío, por estar cerca de mí y por no dejarme solo, porque me perdería y sería pasto de los lobos que acechan mi debilidad.

Gracias Señor por darme la voluntad de no desfallecer, y el cobijo de tantos hermanos que, con su compartir y vivir me fortalecen y ayudan por tu Gracia.

Pero, sobre todo, Señor, Gracias por permanecer con infinita paciencia pendiente de mí en la Eucaristía de cada día, porque gracias a Ella puedo alimentarme cada día para afrontar la batalla de cada día. Amén.

lunes, 9 de febrero de 2015

¿CREES QUE EL CONTACTO CON JESÚS PUEDE CURARTE?



¿Sabes realmente lo que estás haciendo? O dicho de otra forma, ¿sabes lo que te estás perdiendo? ¿No crees que el contacto con Jesús pueda curarte? Curarte ahora, pero más importante salvarte para siempre. Te por seguro que Jesús lo puede hacer si esa es su Voluntad. Simplemente tienes que pedírselo como lo han hecho muchos otros. Aquellos de su tiempo, pero también muchos de nuestro tiempo.

¿Cómo puedo tocar a Jesús? ¿No lo sabes? Puedes más que tocarlo. Puedes comer su Cuerpo y su Sangre bajo las especies de pan y vino. Cada vez que tomas la comunión en la Eucaristía, estás recibiendo al Señor. Es decir, tocándolo íntegramente, y quedando curado de todas tus enfermedades físicas si así lo crees, porque Jesús tiene poder para eso.

Pero también quedas curados de los males que afectan al alma, como son el individualismo, el egoísmo, la insolidaridad, el ensimismamiento y cerrazón de pensar en nosotros por encima de todo y todos los demás. El vencer nuestras envidias, soberbias y vanidades. Porque Jesús ha venido para eso. Hoy nos lo relata claramente el Evangelio: Y dondequiera que entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían que les dejara tocar la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaban salvados.

Jesús no ha cambiado, y está entre nosotros. Cada día se hace presente en la Eucaristía, y tienes la oportunidad de tocarlo. No lo dudes, el puede curarte con la mejor medicina que tú necesitas, la que te conviene y la mejor para ti. Confía, acercarte y tócalo.

domingo, 22 de junio de 2014

DAME, SEÑOR, HAMBRE Y SED DE TI



Ahora paso por una etapa de inapetencia. Experimento tener que esforzarme para comer, y percibo la hora de la comida como una hora de esfuerzo de malos momentos. Me pregunto y me avergüenzo a la vez cómo es posible que yo tenga comida delante qué, si no desprecio, sí me cuesta comer, mientras otros hijos de Dios carecen y mueren por no tenerla.

Por eso Señor, te pido que estimules mi apetito, no para la comida que necesita mi cuerpo, sino para que nunca me sienta inapetente para alimentarme del Pan bajado del Cielo que Tú me ofreces en Tu Cuerpo. Porque ese es el Alimento necesario e imprescindible para alcanzar la Vida Eterna y sólo en Ti puedo conseguirlo.

Señor, el alimento material lo puedo comer aun no teniendo apetito, pero tu Cuerpo Señor, el Alimento imperecedero sólo lo puedo comer por la Gracia de tu Amor y la acción del tu Espíritu. Dame Señor la sabiduría de humillarme ante tu Amor y de abrir mi corazón para, humillado, ser bañado de la Gracia que da la Vida y alimenta mi alma para la Vida Eterna.

Despierta en mí, Señor, el hambre y la sed ardiente de comer tu Cuerpo y beber tu Sangre para que, saciado hasta lo más profundo de mi corazón, no deje nunca de alimentarme hasta llegar a Ti. Amén.

domingo, 16 de marzo de 2014

ESA TAMBIÉN ES MI ESPERANZA SEÑOR



El camino se hace largo y cuesta arriba y necesito sentir tu poder Señor para fortalecerme y continuar la marcha. ¡Qué bien se está en la montaña gozando de tu compañía!, pero despertar de tan grato sueño y bajar a la realidad de mi camino se me hace imposible de soportar. Necesito Señor tu Gracia y tu Fuerza.

Dame Señor la luz que ilumine mi vida y que alumbre mis pasos. La esperanza de saber que al final del camino Tú me esperas tal y como te has transfigurado a Pedro, Santiago y Juan. Eso me dará fuerzas para superar mis apetencias y comodidades; mis desánimos y ambiciones; mis perezas y pasiones. Y me ayudará a pospones todo ante Ti, porque Tú eres mi camino, mi verdad y mi vida.

Yo si puedo hablar Señor y proclamar que Tú has Resucitado y que nos esperas por el mismo camino que Tú nos has señalado con tu Pasión. Porque ese camino es el único y verdadero camino de salvación. Sin embargo Señor, es un camino difícil de recorrer e imposible para recorrerlo solo. Necesito de tu presencia y de tu compañía, y para eso te has quedado bajo la especia de pan y vino como alimento de todos nosotros.

Señor, que no me separe nunca de Ti y que tu Cuerpo y tu Sangre sea el alimento que sostenga mis torpes y dubitativos pasos hacia tu Casa y según tu Palabra. Dame Señor la sabiduría y voluntad para nunca fallarte.

lunes, 10 de febrero de 2014

NOS VEMOS EN LA EUCARISTÍA



Cada día tienes la oportunidad de tocar al Señor en la Eucaristía. En ese memorial de su pasión, Jesús se ofrece al Padre para la redención de nuestros pecados, y tú, como también yo, podemos adherirnos en Él y por su mérito Infinito a la Misericordia del Padre. En cierto sentido, y desde ahí, podemos decir que Jesús se ha dejado tocar su glorioso Cuerpo y Sangre para que lo comamos y nos alimentemos.

Y se produce el milagro de nuestra salvación: Por su mérito hemos sido salvados y redimidos para gozar de la plenitud de la vida eterna. ¿Nos parece poco ese milagro? Estamos vivos para siempre y nuestra muerte física es sólo un paso y transformación a una vida gloriosa y gozosa junto a nuestro Padre Dios.

Pues bien, esa oportunidad la tenemos todos los días, tal y como nos suele decir nuestra querida amiga bloguera Cristina Llano cuando se despide con la esperanza de seguir viéndonos en la Eucaristía. Allí tenemos al Señor esperándonos con los brazos abierto. Somos unos privilegiados con los contemporáneos de su tiempo, pues ellos lo tenían que buscar para poder tocarlo. A nosotros nos espera en el Sagrario, en cualquier templo, para darnos un fuerte abrazo.

No perdamos esa maravillosa oportunidad de, no sólo visitarle, sino de recibirle en la Eucaristía cada día o, al menos, cada domingo.