Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 11 de octubre de 2021

LA ORACIÓN DE LA CRUZ

 

 

No hay mejor oración que mirar la Cruz. Una Cruz en la que apoyar y descansar nuestras pequeñas cruces de cada día. Porque, nuestro camino y nuestra vida, queramos o no, están llenos de cruces. Cruces en la familia, en el trabajo, en nuestras relaciones sociales, de ocio, deportivas, religiosas...etc.

Mirar la Cruz, en la que Cristo - nuestro Señor -  entregó su Vida gratuitamente, voluntariamente y por verdadero Amor, es la única y verdadera salvación que tenemos. Una Cruz que nos anima a hacer nosotros, injertados en Cristo,  un tanto lo mismo. Sin embargo, en el intento y camino vamos descubriendo que caminar solos y con nuestras propias fuerzas nos va a ser imposible. Estaremos avocados al fracaso y camino del precipicio.

Por eso, conscientes de nuestras debilidades, te pedimos, Señor, la Gracia y Fortaleza para poder superar todos esos obstáculos - propios de nuestra naturaleza - y con los que, el príncipe de este mundo,  nos tienta. Amén.

martes, 14 de septiembre de 2021

DAME, SEÑOR, FUERZA Y VOLUNTAD PARA CARGAR CON MI CRUZ

 

No es nada fácil cargar con la cruz que nos toca vivir. La cruz de nuestro tiempo; la cruz de nuestra familia; la cruz de nuestras circunstancias y la cruz de nuestras apetencias y egoísmos. Cada época, cada momento tiene su cruz y, según el nuestro, nos tocará una cruz diferente. Es evidente que en estos momentos vivimos una cruz común, la del Covid19 y, sin embargo, con unas circunstancias muy diferentes en cada lugar.

Es claro y notorio que el pueblo de Israel, según las épocas, vivió diferentes camino de cruz: la esclavitud en Egipto,  el desierto, la deportación, Se...etc. Y, también es cierto que, cada uno durante la trayectoria de su vida tienen diferentes momentos de cruz y dolor: una muerte, una enfermedad, una desilusión...etc. Pero, esas diferentes cruces que aparecen en el camino de nuestras vidas tienen un denominador común: aceptarlas, cargarlas sobre nuestros hombros y, mirando a la Cruz de la Crucifixión creer en el Crucificado y en la Resurrección.

Dame, Señor, fuerza y voluntad para cargar con mi cruz. Una cruz que, escondida en cada momento e instante de mi vida se me atraganta, me endurece mi corazón y me cuesta aceptarla y acomodarla sobre mis hombros para llevarla junto a Ti. Una cruz que muchas veces se me presenta en los problemas y asuntos familiares; una cruz que, otras veces, se manifiesta en la acedia del abandono, del deseo de dejarlo todo, del desfallecimiento. Hay muchas cruces que, sin darnos cuenta, nos amenazan y nos oprimen para que bajemos nuestra mirada y nos quedemos en las comodidades y seducciones de este mundo.

No permitas, Señor, que seamos vencidos por nuestras propias pasiones, por nuestras concupiscencias y por nuestros egoísmos. Te pedimos la Gracia de perseverar en esos momentos de tedio, de acedia, de desfallecimiento y de sostenernos siempre firmes en la fe. La fe en esa Cruz, donde Tú has dado tu Vida y con la que has ganado para nosotros la Misericordia de nuestro Padre Dios. Amén.

domingo, 12 de septiembre de 2021

¡SEÑOR!, YO, COMO PEDRO, TAMBIÉN ME CONFUNDO

 

También a mí me cuesta entenderte, Señor, y aceptar este mal que permites en este mundo en el que ahora vivimos. Me cuesta aceptar a los que queman tus iglesias, cometen sacrilegios, matan a los niños en el seno de sus madres, destruyen el santo matrimonio y la familia y muchas barbaridades más. ¿Cómo es posible que Tú, Señor, permitas esto? ¿Es esa la cruz de la  que hablabas y la que tenemos que cargar?

Hoy, Señor, como también hicieron Pedro y demás apóstoles, queremos seguirte, aunque muchas cosas se nos atraganten y no entendamos. Aunque, incluso, tengamos que perdonar, precisamente a esos que nos amenazan y nos destruyen. Confiamos en Ti, Señor, en tu Palabra y en tu Misericordia Infinita. Danos paz, fortaleza y sabiduría para soportar todas esas dudas, confusiones, sacrificios y dificultades que este mundo nos presenta.

Creemos en Ti, Señor y queremos seguir tu Camino, tu Verdad y tu Vida. ¿A quién vamos a acudir? Este mundo no nos da lo que realmente buscamos, esa felicidad eterna. El mundo te ofrece una felicidad irreal y aparente que, de la misma manera que se presenta, se desvanece. Tú, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna y, a pesar de la cruz que cargamos sobre nuestro hombros, creemos en tu Misericordia y que, por tu Amor, esa carga será ligera y la podamos soportar. En Ti, Señor, ponemos todas nuestras esperanzas y a Ti nos confiamos. Amén.

martes, 30 de marzo de 2021

TAMBIÉN YO SOY CULPABLE

 

Jesús se entrega voluntariamente a una muerte de Cruz. Lo sabe, pues ya se la ha adelantado a sus discípulos - Mt 17, 23 - y, a pesar de ello, sigue adelante. Lo hace por amor y por ti y por mí. Nos ha rescatado del pecado y liberado del mal. Y se va a quedar para asirte de su Mano cada vez que tu debilidad te haga caer y te hunda en la perdición de este mundo. Pero, antes entregará su Vida, voluntariamente y por amor.

¿Y nosotros? ¿Seguimos igual? ¿No te remuerde la conciencia y te conforta el propósito de enmienda? Es posible que cada uno de nosotros también tengamoss una cruz. Y una cruz difícil de soportar, pero, ¡no tengas miedo!, en Él podemos superarla cargándola como Él lo hizo. Él nos lo ha prometido, quien cree en Él podrá - Jn 3, 15 - Y hay muchos que han creído en Él y lo han logrado. Su Resurrección es el signo y el fundamento de nuestra fe.

Jesús, con su Muerte y Resurrección, ha dado esperanza y sentido a nuestra vida. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. No hay otro camino que nos lleve a eso que en el fondo de nuestro corazón buscamos: gozo y felicidad eterna. Jesús nos lo promete. Él es esa fuente de felicidad que esperamos alcanzar, pero, para eso hay que caminar a su lado y seguirle viviendo en su Palabra.

Danos, Señor, esa fortaleza y esa esperanza de vivir cada instante de nuestra vida en tu Palabra y según tu Voluntad, no la nuestra. Aumenta nuestra fe y llénanos de tu Gracia. Amén.

lunes, 14 de septiembre de 2020

EL PESO DE LA CRUZ

Pin en Dios es mi guía!
Pensamos que la felicidad equivale a la buena vida. Vivir bien es gozar de los placeres que la vida nos ofrece y el disfrute de todo aquello que alegra y da gozo a nuestros sentidos. Y nada de esto es malo, pues, nuestro Padre Dios no nos ha creado para sufrir, sino todo lo contrario, para disfrutar y ser felices. Y la causa de la felicidad es el gozo. Cuando disfrutamos experimentamos la felicidad.

Es de sentido común que cualquier padre desee y busque que sus hijos sean felices. Y esa felicidad pasa por satisfacer tanto lo corporal como lo espiritual. Ahora, hay un matiz que da sentido a todo esto, ¿cómo puedes ser feliz tú cuando ves que otros sufren y lo pasan muy mal? ¿No experimentas y sientes deseos de solidaridad con ellos?

Eso explica y da sentido a tu cruz. Sientes deseos de ayudarle y te sientes, valga la redundancia, solidario con sus sufrimientos y sacrificios hasta el punto de querer compartirlo, ayudándoles, con ellos. Fue eso lo que hizo Jesús a su paso por este mundo. Y lo hizo por amor incondicional, por libre y voluntaria solidaridad entregando su Vida en la Cruz para aliviar y salvar la nuestra.

Por tanto, no es cuestión de renuncias a los placeres de este mundo, sino de solidaridad con los demás compartiendo, en actitud de servicio y voluntariamente, por amor. Pidamos, pues, al Señor esa Gracia para que, fortalecidos en la mirada a su Cruz, podamos ser capaces de seguirles, en el esfuerzo de cada día, cumpliendo su Voluntad. Amén.

sábado, 20 de julio de 2019

¡INJERTADOS EN TU ESPÍRITU, SEÑOR!

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No podemos obviar nuestra naturaleza humana. Es necesario aceptarnos tal y como somos, porque, así Dios nos ha creado y así nos quiere. Negarnos sería rechazar su obra y revelarnos contra su Voluntad. Él sabe la medida de nuestra capacidad y así nos ha creado y así nos ha salvado.

Es verdad que estamos inmerso en un mundo lleno de peligros. Mundo,demonio y carne nos presentan batalla cada día y nos amenazan con derrotarnos si nos desprendemos del Espíritu Santo, que, permaneciendo en Él, nos garantiza la victoria. Porque, el mal ha sido vencido en la Cruz de nuestro Señor. Nuestra victoria está garantizada sin lugar a duda. Sólo tendremos que confiar en el Señor y creer en Él. La fe es nuestra tabla de salvación.

Ahora, quizás estés preguntándote: luego, ¿por qué Dios permite entonces el mal? La respuesta es muy sencilla, porque lo necesitas para despertar y abrir los ojos y probar tu fe. En el tiempo que las cosas ruedan a tu favor todo se torna dulce, hermoso y no hay problemas. Tanto, que te olvidas hasta del Señor. Son los tiempos de escasez y de sacrificio los que humillan tu alma y levanta tus ojos para, humildemente, implorar ayuda a Dios. Por eso, la única manera de probar tu fe es resistiéndote y perseverando en los momentos difíciles de tu vida.

Pero, el mal no cuenta ya. Está vencido desde que Jesús abrazó voluntariamente su muerte en la Cruz. Esa misma cruz que te pide que abrases tú y yo. Porque, al abrazarla venceremos rotundamente el mal. Detrás de la cruz encontramos la Vida Eterna. Ese es el reto y el camino de cada día. No perdamos la confianza y segamos al Señor sin titubeos y con firmeza. Al mismo tiempo que caminamos en esa confianza y sin perder de vista al Señor, pidámosle que nuestra voluntad y fortaleza sea firme y que no desfallezcamos. No hay que tener miedo, pues la victoria ya ha sido ganada por el Señor. Amén.

viernes, 14 de septiembre de 2018

TODO DOLOR EN JESÚS TIENE SENTIDO

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Jesús ha dado sentido al dolor y sufrimiento. Sin Él nada tendría sentido. ¿Para qué sufrir dolores y sacrificios? Eso no tendría ningún sentido. Sería tomado como una maldición y un fracaso. Sin embargo, su padecimiento y muerte en la Cruz cambia el sentido de todo. ¿Por qué?, porque a través del dolor, del sufrimiento y de tu crucifixión compartes con el Señor su muerte y te completas con Él, aportando tu vida, su sacrificio redentor.

Luego, tu vida toma sentido con la Muerte de nuestro Señor Jesús. En la Cruz queda elevada a redención y uniéndola a su Muerte también tú salvas, por los méritos de nuestro Señor, tu vida. Ahora todo tiene sentido, las etapas de rosas y las de ampollas y dolor. La Cruz es signo de Salvación tras la Muerte de nuestro Señor Jesucristo. ¡Alabado y glorificado sea!

Desde ese momento tu vida cobra significado y todas tus preocupaciones, sacrificios, ayunos y dolores por hacer un mundo mejor, por construir un mundo de justicia, amor y paz tienen todo el sentido pleno que llena tu vida. En Él cargamos también nuestra cruz con paciencia, con esperanza, con fortaleza y alegría. En Él encontramos sentido a todas nuestras renuncias, sacrificios, dolores, incomprensiones, oscuridades, torturas, insultos y contrariedades recibidas incluso por nuestros enemigos. En Él descubrimos que somos capaces de soportar hasta la cruz de los enemigos.

Por eso, Señor, te pedimos que nos ayude a mirarte y así como aquellos que al mirar la serpiente levantada por Moisés en el desierto quedaban curados, también nosotros, al mirarte, quedemos limpios y fortalecidos ante todo aquellos que nos impide seguir tus pasos y aceptar nuestra cruz. Amén.

jueves, 15 de febrero de 2018

SUFRIMIENTO, MUERTE Y RESURRECCIÓN

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Da miedo, claro que sí, pronunciar esas palabras, y da miedo porque el sufrimiento asusta y la amenaza de la muerte más. No hemos sido creados para sufrir, Eso está también claro, pero llegar al éxtasis del gozo y de la felicidad requiere primero pasar por una etapa de sufrimiento y abnegación. ¿Qué cómo se puede soportar eso? No lo sé y a mí también me asusta, pero pienso que huir y mirar para otro lado no arregla ni soluciona nada. De todas formas, la muerte sabemos con certeza que llegará.

El sufrimiento no podrás evitarlo. Sabes que, tarde o temprano, llegará y lo tendrás que aceptar y padecer. Es posible que no te afecte a ti corporalmente, pero te afectará por el padecimiento de otros, quizás familiares cercanos, o incluso hijos, cónyuges, padres...etc. O por tragedias, resultados económicos o situaciones difíciles y trágicas. No tienen que convencernos porque lo experimentamos a cada momento a nuestro derredor o por noticias en los medios. Sabemos por experiencia que eso es así.

Luego, ¿qué pensamos, qué hacemos y a dónde vamos? ¿Pasamos la vida sin interpelarnos ni preguntarnos nada esperando que lleguen los malos tiempos? ¿O tratamos de poner remedio a lo que sabemos que llegará? ¿Pensamos que hemos sido creados para morir y esperamos la muerte resignados? ¿O nuestro corazón nos dice que hemos sido creados para vivir? ¿Qué decides? Y te lo pregunto a ti, porque yo he decidido seguir viviendo.

Creo en Jesús, el Hijo de Dios Vivo, y creo en su Palabra. Él sufrió, murió y también Resucitó, y me ha prometido que yo siguiéndole y padeciendo como Él también resucitaré. No se trata de sufrir por sufrir, sino porque a otros les molesta la verdad, la justicia y el amor de Dios a todos los hombres y tratan de quitarnos del medio como hicieron con Él. Se trata de perseverar, ser fiel a su Palabra, creer y entregar tu vida si hace falta. 

Se trata de ir muriendo cada día en la entrega por servir e ir dándose por construir un mundo mejor en justicia, verdad y paz. Eso te pedimos Señor, fuerza, sabiduría, valor y entrega para no desfallecer ni acobardarnos, sino fortalecidos en tu Espíritu cargar con la cruz que nos ha sido encomendada. Amén.

jueves, 25 de enero de 2018

POSIBLEMENTE NO DOY LA TALLA

Cuando oyes estas palabras del Evangelio de hoy, el primer pensamiento que me viene, al menos a mí, es que mi fe, si tengo alguna, es muy frágil y pequeña. Posiblemente, menos que un grano de mostaza. Y digo esto por lo que dijo el Señor con respecto al grano de mostaza -Mt, 17, 20-. Y porque me siento impotente de hacer lo que el Señor manda a hacer a los que tienen fe.

Indudablemente es un misterio. La Cruz es un misterio, porque es el signo de nuestra vida. No hay nadie que no admita que su vida tiene siempre una cruz. Cuando no es por él, es por otro o por cualquier circunstancia que se presenta. La cruz siempre está presente. Pero, para el cristiano esa cruz es signo de esperanza y de triunfo, porque en la Cruz nuestro Señor alcanzó el triunfo sobre la muerte y la venció. Desde entonces, la Cruz es signo de triunfo y esperanza para el Cristiano.

Detrás de cada cruz hay vida y esperanza, porque al final siempre hay victoria y triunfo. La Cruz es signo de Resurrección y siempre está al final, detrás de la tragedia, de la desesperanza, de la lucha, de la oscuridad, de la fatiga, del trabajo, del sacrificio, de la renuncia, de la aparente muerte...etc. La Cruz no tiene la última palabra, porque tras ella se erige la Resurrección, que nos llena de triunfo, de gozo y de plenitud eterna.

Por eso, mi fe es también una cruz, una cruz de dudas, de vacilaciones, de tentaciones, de lucha constante y de esfuerzo confiado en la Palabra del Señor. La fe exige una lucha constante y un fiarse y dejarse llevar por la fuerza y sabiduría del Espíritu Santo. La fe me exige silencio, obediencia y confianza, porque Jesús la ha ganado por mí en la Cruz, y me la dará a su debido tiempo. Confiar en su Palabra es lo que nos toca a nosotros ahora.

Confiemos, pues, y creamos que el Señor es nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida. Él es la victoria y el triunfo sobre la muerte. La ha vencido en la Cruz, y también nosotros lo lograremos en Él venciendo nuestras propias cruces. Amén.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

SÓLO EN LA CRUZ Y POR LA CRUZ NOS LLEGA LA SALVACIÓN




En ese momento, Señor, que eres levantado en la Cruz, quedamos rescatados y liberados de nuestros pecados. Porque, Tú, en ese madero, crucificado, te entregas a la muerte para nuestra salvación. ¿Es qué valgo mucho para Ti, Señor? Porque no se puede entender de otra manera.

Yo, pequeño, miserable, indiferente e incluso osado y necio que se ríe en tu propia cara de tu Amor, de tu Sacrificio, de tu Palabra y de tu Pasión. Y que pasa indiferente ante tu Muerte. ¿Cómo se explica que Tú mueras por mí? ¿Y que estés dispuesto a perdonarme y a salvarme si decido arrepentirme? Y es que en la medida que sigo preguntándome interrogantes, cada ve entiendo menos.

Sin embargo, Señor, presiento que lo que Tú dices va en serio. Y más en serio, Señor, que eres el Hijo de Dios, porque nadie puede amar como amas Tú. Y porque sólo con esa forma de amar nos puedes salvar, porque sólo salva el Amor. Por todo eso, hoy te pido sabiduría para entender tu Amor y tu Misericordia. Y no es que pretenda entenderlas, porque me basta tu presencia y tu Palabra. ¿A dónde voy a ir, Señor? Sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna.

En el mundo sabemos ya lo que podemos encontrar. Cada día se estropea más y se hace viejo. Pero, sobre todo, si se aparta de Ti queda a la deriva y vaga sin rumbo, perdido y sin más horizonte que la muerte. Tú, Señor, sin embargo, has dado Tu Vida por cada uno de nosotras. Ayúdanos a responderte, a caminar en tu Palabra y a servirte por amor sirviendo a los hermanos. 

Ayúdanos a cargar con nuestra cruz, nuestras pequeñas cruces, y, soportándolas, llevarlas hasta nuestro propio Gólgota, y, en la muerte, unirnos contigo, Señor, para permanecer para siempre en la alegría, felicidad y el gozo de tu presencia. Amén.

sábado, 5 de septiembre de 2015

DAME LA SABIDURÍA PARA QUE SÓLO TÚ, SEÑOR, SEAS SEÑOR DE MI VIDA




Nada en este mundo puede calmar nuestra sed. Si, puede aliviarla, pero temporalmente y aparentemente. Como el tiempo que tardamos en darnos cuenta que eso que nos promete gozo y felicidad es simplemente un espejismo. Porque tan rápido como eso, desaparece.

Nuestra experiencia, no castillos en el aire, nos constata esa realidad. La vida es un camino, pero el camino que buscamos no llegamos a encontrarlo. Y terminamos por decepcionarnos y creernos que es una quimera, y que no existe. Un cuento más de los muchos que nos dicen para levantar nuestro ánimo y que sigamos, quizás, sometidos a los intereses de este mundo.

Y es aquí, tras esta experiencia, donde aparece y tiene sentido nuestro Bautismo. Jesús no viene a contarnos un cuento más. Jesús nos habla de lo que realmente queremos oír y que nos hablen. Nos descubre lo que anhelamos y queremos. Jesús adivina nuestro objetivo y nos propone un camino. Un camino martirial y de cruz, pero un camino que no es ningún espejismo, sino que en él se esconde lo que realmente buscamos: el gozo y la felicidad eterna.

¡Oh, Señor!, llénanos de tu Gracia, y danos la sabiduría de descubrir tu Palabra y, escuchándola, sepamos discernirla y vivirla por el camino de nuestra vida, auxiliados por el Espíritu Santo hasta llegar a Ti. Amén.

domingo, 14 de septiembre de 2014

MI ESPERANZA, SEÑOR, DESCANSA EN TI



No sé cómo sería el mundo. Imagino que como a muchos hombres, que conozco, que viven indiferentes ante la proximidad de la muerte y no parecen preocupados. No llego a entender cómo se puede vivir sin el interrogante ni el planteamiento de la trascendencia. ¡Y hay muchos que viven así, Señor!

No lo puedo entender, y supongo que, al alejarse de Ti, caen presos del Maligno que los somete y los ciega para que no vean sino las luces del mundo. Y es que con las luces del mundo no podemos ver sino muerte y miserias. No hay esperanza ni horizonte. Las luces del mundo tienen poco alcance y se vuelven con el tiempo en opacas y caducas. Sólo tu Luz, Señor, es una Luz clara y eterna.

Danos, Señor la Luz que viene de lo alto y nos alumbra la verdad y la justicia. Danos, Señor, la sabiduría de resistirnos a dejarnos alumbrar por estas luces caducas y de poca claridad. No es la luz que busco la que se conforma con simplemente alumbrar, sino que busco la Luz que alumbra siempre y en todo momento y nos guía por el sendero que conduce a la verdad y la eternidad.

viernes, 8 de agosto de 2014

UNA CRUZ DIFÍCIL DE ACOMODAR

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DONDE PUEDAS 




No se trata de llevar a cuesta simplemente la cruz, ni tampoco consiste en soportar el peso. La cuestión es mucho más seria, se necesita discernir y abrirse a la acción del Espíritu a cada momento. Porque es muy fácil dar y que otros solucionen el problema, o no preocuparte ni tan siquiera si lo que has dado llega a buen fin. Se trata de seguir y de colaborar en lo que puedas desde el compromiso de tu fe.

¡Claro!, tampoco puedes volverte loco. Nuestra paz, aún en la tormenta, descansa en que el Señor hará todo lo que tú no puedas o no sepas, o no llegues a decidirte. Pero, eso sí, Jesús te pide tu compromiso, tu preocupación, tu interés en buscar panes y peces para dar de comer. Quizás no puedas hacer otra cosa que rezar y ofrecer algún sacrificio, eso basta si realmente sale del corazón, porque Él lo multiplicará hasta la cantidad necesaria para satisfacer el problema.

Danos, Señor, la paciencia de no desistir, ni de despreocuparnos; danos la perseverancia de estar presente en la lucha y en la participación activa u oracional solidariamente con los que sufren de lo elemental para vivir. Danos, Padre nuestro, la conciencia de descubrirnos hermanos de los que han recibido menos, y de experimentar, en nuestra vida fácil y cómoda, el sufrimiento de los que duermen con el hambre y la muerte.

Perdónanos, Señor, porque experimentamos que es fácil pedírtelo y decirlo, pero otra cosa diferente vivirlo y comprometernos. Desde nuestras situaciones privilegiadas sentimos vergüenza de dar tan poco, pero no permitas que no nos desesperemos sino transfórmanos por dentro y convierte nuestro cómodo corazón en un corazón fraterno, solidario y compartido. Amén.

viernes, 18 de abril de 2014

AYÚDAME SEÑOR A CLAVARME YO TAMBIÉN



No cabe ninguna duda que todos buscamos vivir bien, y sacrificarnos y pasar fatigas y preocupaciones es algo que tratamos de evitar. Supongo que Jesús también buscaba eso y se compadecía de todo el que lo pasaba mal. Curabas sus dolencias y enfermedades y trataba de aliviarles la vida.

Pero todo eso lo hacía para que creyésemos en Él y, amándole y viviendo en su Palabra, alcanzáramos la verdadera vida, la que todos en lo más profundo de nuestro corazón buscamos y queremos: La Vida Eterna. Y esa vida eterna pasa por la renuncia a nuestra vida terrena, a esta corta vida que nos sirve para ganar la otra si nos entregamos por amor a servir y curar a los que padecen enfermedad o sufren esclavitud.

Por eso, en la medida que perdemos esta vida terrena, ganamos la Vida Verdadera. Por eso, simplemente por eso, nuestra vida terrenal consiste en llevar la Cruz junto a Xto. Jesús, y compartir nuestra muerte junto a Él, clavado como Él en el servicio y amor a los demás.

Danos Señor la Gracia de, no sólo entender así nuestro camino por esta vida, sino el de vivirlo renunciando a la comodidad, al individualismo, el poder, la soberbia y la insolidaridad, para darnos en generosidad y amor al servicio de los hermanos. Amén.

domingo, 24 de noviembre de 2013

TAMBIÉN YO QUIERO MORIR ASÍ



Señor, no hay duda que has muerto, y bien muerto. La Cruz ha sido tu condena y en ella, crucificado, has expirado tu último aliento hasta entregar tu Espíritu al Padre. Y también quiero morir rendido a tus pies hasta mi último aliento, y entregarme, por medio de Ti, al Padre.

Quiero entregar mi vida dedicada a hacer viva tu Palabra y a proclamarla con mis obras y vivencias. Sé que en el camino no estaré a la altura tuya, y que mi dolor no será como tu dolor, pero eso es lo que soy, y eso, todo lo que he recibido de Ti, te lo quiero entregar multiplicándolo con mi esfuerzo y dedicación.

También sé que yo sólo no podré avanzar ni aguantar tanto dolor y dificultades, pero confío y sé que Tú no me fallarás porque estarás conmigo en todo momento. Pongo mi corazón a tu disposición y me entrego a la obra y acción del Espíritu Santo que Tú nos has enviado.

Por eso, Padre, hoy, mirando la Cruz en la que fue crucificado tu Hijo Jesús, quiero implorarte como aquel buen ladrón, tu Misericordia, y que, en su Nombre, te acuerdes de mí y me asistas en tu Espíritu para no perderme ni desviarme de tu camino. Dama las fuerzas para tomar yo también mi cruz y seguirte tras los pasos de la tuya.

miércoles, 29 de mayo de 2013

AMAR PARA SOPORTAR LA CRUZ

(Mc 10,32-45)


El amor es sublime, el odio es triste. El amor todo lo puede... No hay dificultad por muy grande que sea, que el amor no la sane. No hay puerta por muy cerrada que esté, que el amor no la abra. No hay distancias por extremas que sean, que el amor no las acorte tendiendo puentes sobre ellas. No hay muro por muy alto que sea, que el amor no lo derrumbre.

No hay pecado por muy grave que sea, que el amor no lo redima. No importa cuan serio sea un problema, cuan desesperada una situación, cuan grande un error, el amor tiene poder para superar todo esto. Quien es capaz de experimentar realmente el amor, puede ser la persona más feliz y más poderosa del mundo.

Amar... siempre... En cada acto, en cada pensamiento, en cada día que amanece, en cada noche que llega, hacer de la vida siempre una canción de amor... (De carta a un cónyuge con dudas).

Y para amar, te necesito Señor. Necesito tu Gracia que me infunda la paciencia, la fortaleza, la constancia, el sosiego, la ilusión, la alegría, la pasión de darme cada día en amor a los demás. Sólo no puedo. Posiblemente lo he intentado y experimento mi fracaso. Mi humanidad se queda pobre, limitada, caduca, y todos mis esfuerzos se vacían pronto. Es la cruz, mi cruz que necesita ser redimida, y sólo en Ti, Señor, puedo encontrar la Gracia del perdón y la llama del amor.

jueves, 9 de mayo de 2013

¿A DÓNDE VOY SEÑOR?



Confío y espero en Ti, Dios mío. No tengo a dónde ir y nadie me da la esperanza y la palabra que Tú me regalas y ofrece. Tu Palabra es Palabra de Vida eterna, y Ella siempre se ha cumplido. Tú, Señor, nunca fallas y todo lo que prometes lo cumples y lo haces.

Creo en Ti profundamente y en tus palabras de despedidas con un "hasta luego". Durante el paso por este valle de lágrimas, me anuncias llantos y lamentos. Pero sobresale la esperanza cuando me dices que mi tristeza se convertirá en alegría. No hay mayor gozo y esperanza que escuchar esas hermosas palabras salidas de Ti. En Ti espero, Señor, y no quedaré defraudado.

El mundo falsea una felicidad ficticia, una felicidad caduca, de muerte, que se esconde en la mentira, el odio y la venganza. Una felicidad sostenida en la infelicidad de otros.Y Tú Señor nos libera de ese horizonte de muerte con tu venida y tu promesa de salvación.