No cabe ninguna duda que todos buscamos vivir bien, y sacrificarnos y pasar fatigas y preocupaciones es algo que tratamos de evitar. Supongo que Jesús también buscaba eso y se compadecía de todo el que lo pasaba mal. Curabas sus dolencias y enfermedades y trataba de aliviarles la vida.
Pero todo eso lo hacía para que creyésemos en Él y, amándole y viviendo en su Palabra, alcanzáramos la verdadera vida, la que todos en lo más profundo de nuestro corazón buscamos y queremos: La Vida Eterna. Y esa vida eterna pasa por la renuncia a nuestra vida terrena, a esta corta vida que nos sirve para ganar la otra si nos entregamos por amor a servir y curar a los que padecen enfermedad o sufren esclavitud.
Por eso, en la medida que perdemos esta vida terrena, ganamos la Vida Verdadera. Por eso, simplemente por eso, nuestra vida terrenal consiste en llevar la Cruz junto a Xto. Jesús, y compartir nuestra muerte junto a Él, clavado como Él en el servicio y amor a los demás.
Danos Señor la Gracia de, no sólo entender así nuestro camino por esta vida, sino el de vivirlo renunciando a la comodidad, al individualismo, el poder, la soberbia y la insolidaridad, para darnos en generosidad y amor al servicio de los hermanos. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario