Estoy delante de Ti, Señor, pero no siento lo que creo debería sentir.Supongo que tomar conciencia de ello sería no caber en mi gozo y alegría, y no sentir los latidos los latidos ni la respiración de mi corazón y pulmones. Supongo que sería quedarme extasiado y exultante de alegría como les ocurrió a Pedro, Santiago y Juan en el Tabor.
Pero nada de eso me sucede. Es más, me distraigo y hasta canso de estar en tu presencia.. Me experimento humano, pobre, limitado, débil, incapaz de llegar a Ti, de entenderte, de sentirte y verte. Y descubro que te necesito porque sin Ti nada puedo ni nada soy. Incapaz de tener fe.
Me abandono en tus brazos y me confío en tu Providencia y Amor. Como un niño abandonado al cuidado y protección de sus padres, yo, Señor, me abandono y confío a tu Amor.
En tus Manos Señor pongo mi pobre vida y a Ti me confío. Aumenta mi fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario