Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 19 de octubre de 2020

LA FELICIDAD SE COMPONE DE MATERIA Y ESPÍRITU

 

Somos humanos y eso significa que estamos compuestos de materia y espíritu. Por tanto, necesitamos cosas materiales para sostener nuestra materia - cuerpo humano - pero, también, las espirituales para alimentar nuestro espíritu. Sabemos, y nos lo revela nuestra razón y nuestra experiencia, que nuestra vida material - humana - se acaba. 

Todos sabemos que un día - tarde o temprano - tendremos que morir. Eso es tan cierto como la vida misma. Por tanto, es algo de poco valor buscar la felicidad para este pequeño espacio de tiempo del que se compone nuestra vida. Porque, esa felicidad se acaba pronto y porque no podremos sostenerla mucho tiempo dentro de este espacio y tiempo que llamamos vida. Hay ratos en que nos aproximamos a ser felices, es decir, sentirnos bien, y otros que dejamos de serlo. Incluso sufrimos y pasamos dolor.

Esa felicidad es incompleta y no da la talla a la plenitud que nosotros buscamos y queremos. Por tanto, intuimos y sabemos que hay otra felicidad. Precisamente de la que nos habla Jesús, y que nos dice que no está en las riquezas y bienes de este mundo. Para ello nos expone un ejemplo, una parábola que nos lo explica muy claro - parábola del rico insensato (Lc 12,13-21) - y que nos invita a reflexionar profundamente.

Pero hay un problema gordo, adentrarte en esa reflexión desde tu humanidad y sin el concurso del Espíritu Santo.  Porque, tu humanidad está inclinada a lo inmediato, al placer y a la buena vida, creyendo que es ahí donde está tu felicidad. Y los planes de Dios son otros y, aunque pueden parecer dolorosos, sacrificados, difíciles y duros de soportar - la puerta estrecha (Mt 7, 13-14) - es el único y verdadero que te lleva a esa Felicidad Eterna, plena y gozosa que andas buscando.

Por tanto, hagamos esa reflexión abiertos a la luz del Espíritu Santo pidiéndole que nos ilumine y nos dé la sabiduría y la fortaleza de poder recorrerlo. Amén.

jueves, 12 de marzo de 2020

LÁZARO Y EL HOMBRE RICO

Resultado de imagen de Lc 16,19-31
Tras esta parábola, Jesús, nos enseña y nos muestra el camino y la necesidad de compartir con los demás, sobre todo, con los necesitados, los pobres y los excluidos de la sociedad. Esa es la razón, pienso yo, por la que unos han recibido más talentos y cualidades que otros. Y en esos talentos están incluidos las familias, los lugares de nacimientos, los ambientes y todas las circunstancias que nos han servido para llegar a transformar, por la Gracia de Dios, nuestros corazones en corazones amorosos y misericordiosos semejantes al Señor.

La parábola nos muestra como unos han recibido más que otros e, implícitamente, la necesidad de servirnos los unos a los otros. Evidentemente, los que tienen más a los que poseen menos. Es ese servicio, apoyado en la verdad y la justicia, lo que hará que reine la paz entre los hombres y que el mundo distribuya e iguale las necesidades de los más pobres y necesitados.

Aquel hombre rico ignoró al pobre Lázaro y teniéndole al lado no se percató de sus necesidades. Vivió indiferente a las necesidades del pobre y eso traerá consecuencias en su vida. Porque, hemos sido creados para amar y no para el desamor. Por tanto, el hecho de que no cumplamos con nuestro destino, que es donde encontramos esa felicidad que buscamos en otro lugar, nos llevará a vivir eternamente en la infelicidad.

Pidamos que nuestros corazones sean transformados, por la Gracia de Dios, en corazones amorosos y sensibles a las necesidades de los que sufren y esperan nuestra ayuda. Pidamos y abramos nuestros corazones para darle posibilidad y libertad al Espíritu Santo que nos transforme y nos dé el impulso necesario y la luz suficiente para ver claro que sólo en el Señor encontraremos la felicidad y la Vida Eterna. Amén.

martes, 20 de agosto de 2019

GANAR ESTE MUNDO NO ES LO IMPORTANTE

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Se nos mete en la cabeza y por calzador que lo importante es triunfar en este mundo. Y pensamos que todo lo que no sea eso trae consigo el fracaso y la exclusión social. Significa eso que lo que importa en este mundo es el valor de lo material, del poder y la riqueza, o, simplemente, el éxito y el triunfo. Y eso son valores materiales y caducos, porque todo lo material es caduco. Luego, es un valor aparente e irreal. O si queremos llamarlo de otra forma, un valor temporal que vale para hoy, pero no para mañana.

Sin embargo, a pesar de que nos demos cuenta nuestra vista queda ciega y sometida a esa ambición de riqueza y bienes materiales. Es sorprendente que, sabiéndolo no reaccionemos y quedemos como ciegos y a merced de quedar esclavizados a ella. Tan esclavizado que desalojamos a Dios de nuestro corazón para dejarle el centro del mismo al dios de la riqueza y el poder. Es una gran peligro y una gran tentación que Jesús nos lo advierte en el Evangelio de hoy con palabras muy fuertes para que reaccionemos.

¡Cuidado con las riquezas que nos tientan y nos llevan a la perdición! Porque, quien se apega a ellas con la ambición de ganar en este mundo, perderá el otro y la vida eterna. Por eso, es de primera necesidad tomarnos muy en serio este peligro de las riquezas y ponernos en guardia y vigilantes. Pero, nunca solos sino tomados y agarrados fuertemente de la Mano del Espíritu Santo, que nos guía, nos previene, nos da fortaleza y sabiduría para saber discernir, escoger el verdadero camino y permanecer firmes en no dejarnos someter por los bienes materiales.

Por eso, pidamos al Señor con todas nuestras fuerzas esa Gracia de no caer en la esclavitud de los bienes de este mundo. Bienes caducos y perecederos y no perdamos de vista lo que el Señor nos ofrece a aquellos que le sigan y cumplan sus mandatos: Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredará la vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros.

lunes, 4 de marzo de 2019

CUMPLIR PARA AMAR

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Mc 10,17-27
Dame, Señor, la fortaleza en mi débil voluntad para amar en la misma medida que Tú, Señor, me amas. Y eso, Dios mío, no lo puedo lograr yo por y con mi fuerza, sino con la asistencia de tu Espíritu. Sé la atracción que en mi pobre naturaleza, herida por el pecado, ejercen las fuerzas y las pasiones de este mundo, pero no quiero dejarme vencer y someterme al vacío que produce el no corresponder a tu amor, Señor.

Sí, sé que esperas y necesitas, porque así lo has querido, que yo ponga todo lo de mi parte, y mientras no lo haga, Tú, Señor, no moverás un dedo. Por eso, consciente de la libertad que me has dado, me esfuerzo, confiado en tu generosidad y misericordia, en abrir mi corazón y dejarme conducir por tu Espíritu. Has depositado en mí unas capacidades y unos talentos, y quieres que yo los ponga en juego. No te gusta que los entierre y me cruce de brazo. Entonces estaré perdido.

No quiero instalarme en la comodidad de quedarme en el mero cumplimiento. Sufro, con confiada paciencia, las tentaciones que el mundo, demonio y carne me presentan y con las que experimento mis debilidades y el sometimiento que padece mi humanidad herida por el pecado. Eso descubre la necesidad que siente mi corazón de abandonarme en tus brazos y, a pesar de mis oscuridades, seguirte y seguirte.

Sé lo difícil que es seguirte, Señor, cuando mi corazón está apegado a las riquezas. Tú ya me lo has dicho: «¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios!». Y eso es lo que yo te pido. No me des riquezas si eso es para mi perdición. Y si me las das, dame un corazón desprendido y generoso para ponerlas para el bien de los que realmente las necesitan. Amén.

martes, 2 de octubre de 2018

AL CONTRARIO DEL MUNDO

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En este mundo tener éxito es ser más fuerte, poderoso, rico e influyente que los demás. En eso están interesados todos o casi todos. Sólo hay que mirar las colas en la venta de cupones de la Once, loterías y otros. Todos están pensando en el sorteo y en ser más ricos y más importantes. La importancia y el éxito depende mucho de la riqueza y el poder.

Es, pues, de sentido común y lógico que los discípulos de Jesús estuviesen pensando en eso. Todos querían ocupar los primeros puestos. Es decir, ser los más importantes. Posiblemente, tú y también yo deseemos lo mismo, pero Jesús, el Señor, piensa de otra forma. El primer puesto empieza por abajo, por ser el último y por estar dispuesto a servir a todos. Los primeros puestos son para los que ocupan los últimos, pero no por orden de lugar y por quedarse para atrás, sino porque son los primeros, esa es la paradoja, en servir y en estar pendientes de ayudar a todos. Y en quedarse al final sin nada o ser el último en tomar lo que todos desean.

Y, realmente, es eso lo que todos valoramos. Tenemos experiencias de destacar a aquellas personas que vemos que entregan sus vidas por los demás. Eso nos gusta y comprendemos que es de gran importancia y valor. ¿No te gustaría ser así? Supongo que sí, al menos a mí me gustaría.

Por eso, desde este humilde rincón, elevamos nuestra plegaria para pedirle al Señor el don de la entrega, del servicio y de la humildad. Danos, Señor, la paciencia, la fortaleza, la sabiduría y la paz de saber estar en todo momento y de estar dispuesto a la disponibilidad en el servicio por amor en el esfuerzo de imitarte. Gracias, Señor, por todo eso, porque sabemos que nos escucha y no los concederá. Confiamos y esperamos en Ti, Señor. Amén.

martes, 22 de agosto de 2017

SOMETIDOS AL PODER Y LAS RIQUEZAS

No es fácil desprenderse de la ambición del tener y poder. Todos deseamos mandar, es decir, tener poder y ambicionar riquezas. Porque las riquezas dan poder, y viceversa. Y nadie escapa a esta tentación. Diría que nuestro corazón está tocado por ese pecado de ambición. Incluso, todos buscamos la felicidad, porque nuestra esencia es esa, ser feliz eternamente.

Así nos ha creado Dios, y, por eso, ha enviado a su Hijo, para enseñarnos el camino que conduce a la felicidad. Él, el Señor, es el Camino, la Verdad y la Vida. Y nosotros, si queremos ser felices tendremos que seguirle para alcanzar y conseguir la felicidad que perseguimos. Pero, las riquezas y el poder son una gran obstáculo difícil de superar. Aquel joven rico -Mt 19, 16-22- no pudo superarlo, pues su corazón apegado a los bienes le impidió optar por seguir a Jesús.

También nos ocurre a nosotros, y conscientes de que sólos estaremos vencidos, recurrimos a Ti, Señor, para suplicarte que nos des sabiduría, fortaleza y voluntad para dejar en un segundo plano todos nuestros afanes de poder y riquezas y te pongamos a Ti como centro y norte de nuestras vidas. No queremos vivir apegados al poder y las riquezas, porque, entre otras cosas, ese poder y riqueza es caduco y no nos llena plenamente. Esconde vacío y corrupción.

Sólo el desprendimiento y la generosidad nos revierten dándonos gozo y felicidad. Porque, el gozo está en poder ayudar y servir, y poner todas tus riquezas, no sólo materiales sino también las espirituales al servicio de los demás. Y eso te pedimos hoy, Señor, que nuestro gozo se apoye en ser generosos y desprendidos, capaces de darnos por amor, porque es el Amor la fuente de todo gozo y felicidad eterna.

Por eso, Señor, unidos todos en este humilde y sencillo espacio virtual, te agradecemos nos des la fortaleza y la perseverancia para pedirte con insistencia y confianza que nos des esa virtud de la generosidad y el amor para el bien de los demás. Amén.

domingo, 25 de septiembre de 2016

AYÚDAME, SEÑOR, A DESCUBRIR MIS RIQUEZAS



Igual, al hablar de riquezas, todo se centra en el dinero. Ser rico es tener mucho dinero. Y aunque eso signifique que se es rico, no es la mejor de las riquezas. Al menos la única, porque hay muchas más riquezas, y más peligrosas que el dinero. 

Hay mucha gente que dispone de tiempo, pero lo emplea para el disfrute personal y pasarlo bien. ¿No es eso lo que hacía el rico epulón? Aunque él lo empleaba para banquetearse, otros lo emplean para jugar, pasear, leer o ver películas. Sólo piensa en darse buena vida sin importarle que ocurre a su derredor. Ese fue el pecado del rico epulón.

El próximo miércoles hay programada una reunión en mi parroquia para todos aquellos que den catequesis. Pues, ojala me equivoque, irán los mismos de siempre. ¿Dónde están los que siguen a Jesús y disponen de tiempo para colaborar con la catequesis? Hacen falta obreros. Y igual que la catequesis, es sólo un ejemplo, digo de otros ministerios o pastorales. Hace falta gente, y gente comprometida y enamorada del Señor y de su Mensaje. 

Porque, tampoco todo consiste en dar, sino la forma en que se da. Con entusiasmo, con testimonio y viviéndolo y con amor. Es este un buen momento para pedírselo al Señor y dar un paso al frente y abrir nuestro corazón. Ponerlo a sus pies para que disponga de él y lo convierta en un corazón disponible, solidario, generoso y amoroso.

Danos, Señor, el don de dar todo lo que hemos recibido de tu Mano generosa. Darlo y compartirlo con aquellos que no tienen y lo necesitan. Pero, también, Señor, enséñanos a compartir, a dar todo lo que podemos y debemos dar, porque en eso consiste el amor y por él estamos salvados, pues Tú, Señor, nos ama incondicionalmente sin merecerlo. Amén.

martes, 16 de agosto de 2016

DIOSES Y RIQUEZAS



Todos de alguna manera ambicionamos ser ricos. Quizás, para muchos no sea el dinero lo primero, pero su riqueza puede estar en otra cosa:  La fama, el prestigio, el poder o que le rindan admiración. Hay muchos tesoros y muchas formas de riquezas.

Ser rico no es tener bastante dinero, sino poner a Dios en un segundo lugar en tu vida. Ser rico es creer que con el dinero puedes arreglar tu vida y hasta ser feliz. Ser rico es pensar que Dios no basta, y que además de tenerlo a Él, también es bueno tener dinero. Ser rico es tender una mano a Dios, pero otra, tan importante como la primera, al dinero. Ser rico es no tener tu corazón solamente para Dios, sino dejar un lugar importante o más, para el dinero.

Porque, puedes tener dinero, pero tener a Dios en el primer lugar de tu corazón; porque, puedes ser rico, pero poner esas riquezas en función y para el servicio de muchos otros que carecen de las cosas más elementales para vivir. Jesús tuvo amigos ricos, y también muchos ricos han tenido su corazón lleno de Dios. Lo verdaderamente importante es descubrir que tener algo como poderoso, pero caduco, no es de buen gusto. Porque lo caduco termina y desaparece. Por lo tanto no vale para ponerlo en lo alto de nuestro corazón.

Nuestro Dios tiene que ser un Dios Eterno. Señor de la Vida y de la muerte, y Rey del Universo. Nuestro Dios tiene que ser un Dios que nos salva, que nos quiere como hijos y que nos ofrece la Vida Eterna en plenitud de gozo y felicidad. Nuestro Dios es el Salvador y Redentor del mundo. ¡¡Bendito sea Dios!!

Por eso, ¡¡Señor del Cielo y la Tierra!!, te pedimos llenos de gozo y alegría que nos despoje de toda riqueza que pueda ser tentación para alejarte y desplazarte de nuestro corazón. Danos la humildad y la sabiduría de saber vivir en gozo y alegría con lo necesario para este mundo, y no ambicionar riquezas que puedan tentarnos a dejarte a Ti en un lugar secundario. 

Porque, Tú, Señor, eres el Camino, eres la Verdad y eres la Vida. Amén.

lunes, 23 de mayo de 2016

AUMENTA MI FE, SEÑOR, Y DANOS LA SABIDURÍA DE SEGUIRTE



No hay mayor sabiduría que la de ser dócil a la Palabra de Dios. De un Dios, Trino y comunidad de Amor, que nos invita a seguirle y a vivir en su Amor. Un Dios que se hace Hijo, en la Encarnación, tomando naturaleza humana y naciendo de María, Madre de Dios, elegida para ser Madre del Hijo durante su Vida de Hombre, semejante a nosotros, y que nos ofrece un camino para alcanzar también nosotros esa dignidad de, siendo sus hijos, heredar la Vida Eterna.

Porque esa es nuestra meta, la herencia de la Gloria de Dios, como hijos adoptivos por los méritos de Jesús, el Hermano mayor, que, enviado por el Padre, da su Vida por nuestro rescate y salvación. Y esa fue la pregunta de aquel uno, del que no se sabe nada más, sino que se entristeció por todo lo que tenía. Estaba apegado a ello y, para él, ciego por la oscuridad del mundanal ruido, importaba más sus riquezas que la Vida Eterna.

¿No nos ocurre a nosotros algo parecido? ¿No ambicionamos más nuestro prestigio, nuestra fama, nuestras riquezas y poder que la Vida Eterna? Porque alcanzarla tiene un camino bien concreto y señalado: Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre». Él, entonces, le dijo: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud». Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme». Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes. 

No pongamos resistencia, ni tampoco peros... Sí es difícil y, diría, imposible para nosotros solos. El primero yo. Pero no es ese nuestro caso. Ayer nos dejó claro que no estamos solos. Va con nosotros el Espíritu Santo, el Consolador y Defensor, y Él nos dará la luz y la voluntad para hacer posible lo imposible. Pidamos con confianza esa Gracia, y tengamos paciencia, porque el Padre nos concede todo aquello que, pedido en el Nombre de su Hijo, nos conviene y necesitamos para alcanzar la Vida Eterna.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

¿Y CUANDO TENGA EL CORAZÓN LLENO DE RIQUEZAS, QUÉ HAGO?



Es la pregunta que quizás no nos hacemos, ni, tampoco, tiene respuesta. Pero, a penas que nos paremos un poco y tratemos de reflexionar, despertaremos de la locura de atesorar sin saber para qué. Conozco a muchas personas, ya fallecidas, que han vivido atesorando, y han perdido la riqueza de vivir. Porque cuando el corazón se tiene en las cosas, piensas y vives como si de una cosa se tratara. 

La vida la reduces a cosas, a objetos, y terminas tratándote como un objeto. Depende de las cosas, y te valoras en función de las cosas. Eres según lo que tengas y el valor de lo que tengas. Pierdes el norte de lo que eres, y terminas perdido, hasta el punto que pierdes la vivencia de tu propia vida. 

Porque tú eres un ser humano en relación. No puedes vivir solo, y necesitas relacionarte, es decir, querer y amar. Y si tu mundo lo reduces a cosas, quedas cosificado y en un mundo de cosas. Un mundo material y materializado. Luego, si tu corazón está lleno de riquezas caducas, que pertenecen a este mundo, qué haces cuando emprendas el viaje al otro. Porque tú, y yo, no somos de este mundo. Y mejor que así sea y lo entendamos, porque este mundo no tiene esperanza ni futuro.

Nosotros no somos de este mundo, porque seguimos al Señor, cuyo Reino no está en este mundo, sino en el del Padre. Un mundo de gozo, de felicidad, de paz y de amor. Un mundo lleno de Verdad y de Vida. Por eso, se impone hacer cálculos y medir bien nuestras posibilidades, para saber qué hacer y cómo hacerlas.

Hoy, Señor, te pedimos nos enseñes a discernir el bien y diferenciarlo del mal. A saber guardar cosas que huelan a amor y perfumen la vida de verdad y justicia. A encontrar el verdadero gozo, no en las cosas, que aunque aparentemente apetitosa, esconden la amargura de la mentira y del pecado. Danos la luz de encauzar nuestra voluntad según tu Palabra y posponer todo, incluso nuestra vida, a vivir en tu Palabra y Voluntad. Amén.

lunes, 19 de octubre de 2015

LA MEJOR RIQUEZA: EL AMOR



Nuestra afición natural es almacenar riquezas. Somos propensos a coleccionar, y hacerlo con los bienes y riquezas nos encanta. Pensamos que somos más poderosos y felices teniendo riquezas y bienes, y, por supuesto, nos gusta coleccionarlos.

Pero, el problema no es ese, sino el fin y el motivo de esas colecciones. Porque en cuanto sus fines sean para compartirlas con los que no tienen nada y lo necesitan, el fin es buenísimo, pero en cuanto sean para guardarlas y atesorar de forma egoísta, no sirven para nada. Las riquezas y bienes encarcelados no sirven de nada ni para nada. Son como basuras echadas al fuego. Acaso, sólo dan calor por unas horas.

Son gozos temporales, caducos, que como espejismos se diluyen en el vacío sin apenas disfrutar su presencia. Quedan pronto en el olvido. El Evangelio de hoy, (Lc 12,13-21), nos habla de ese problema, pero el corazón del hombre sigue embotado, endurecido y ciego sus oídos. No reacciona, y entrega su corazón al esfuerzo de almacenar riquezas pensando en que en ellas se esconde la felicidad.

Grave error, porque una felicidad temporal y finita no es una felicidad plena. Y cuando se trata de alcanzar felicidades a medias y caducas, hacemos mal negocio. Porque pronto quedamos sumidos en la tristeza y la desdicha. Se hace necesario almacenar riquezas que realmente valgan para tener vida plena y eterna, y ese tipo de riqueza es el amor.

Pidamos al Espíritu Santo que nos ilumine, y nos dé la sabiduría de saber coleccionar tesoros que nos sirvan para la verdadera vida, la que dura para Siempre. Tesoros revestidos y adornados por el verdadero amor, que siempre está reluciente y brilla eternamente.

Danos, Padre del Cielo, la sabiduría de discernir el verdadero valor, del verdadero, valga la redundancia, tesoro que nunca muere y va con nosotros a la verdadera vida vivida en el gozo eterno en la unidad contigo. Amén.

domingo, 11 de octubre de 2015

NECESITO TU GRACIA PARA DESPOJARME DE MIS RIQUEZAS



No sólo se es rico por el dinero. Hay mucha gente, económicamente, de clase media y pobre que son ricos en orgullo, soberbia, suficiencia, engreídos...etc. Si al mismo tiempo se tiene dinero se hacen insoportables. Todos conocemos a muchos que pueden encuadrarse en ese estereotipo.

También los hay que coleccionan cosas y en ellas ponen todo su empeño y amor. Son sus riquezas. Todos tenemos apegos y aficiones que pueden, además del dinero, convertirse en enormes maromas de riquezas que nos impiden seguir de forma incondicional al Señor.

Es el caso del joven rico de hoy. Si nuestro corazón lo llenamos de bienes y riquezas, no dejamos lugar para que entre el Amor y la Gracia de Dios. Luego, difícilmente lo podremos seguir. Conviene, pues, levantarnos y pedirle que nos ayude a vaciarnos de todas las cosas caducas de este mundo que simplemente ocupan el lugar que te corresponde a Ti. Señor.

Y que no nos sirven de nada. Son simples apariencias de felicidad finita y falsa que, como espejismos que aparecen delante de nuestra vida, desaparecen al final, si no antes, de nuestra vida. Danos, Señor, la fortaleza de vaciar nuestros corazones de tanta inmundicia y de llenarnos de Ti. Tú que eres la esperanza de gozo y vida eterna que todos buscamos en lo más profundo de nuestros corazones contaminados de tanta basura.

¡Oh Señor, nos experimentamos impotentes y miserables para poder vencernos sin la acción de tu Gracia! Por eso, en la confianza de sabernos asistido por el Paráclito, el Espíritu de Dios, que nos acompaña con su presencia, y nos dirige con su sabiduría y fortaleza, te pedimos que nos ayudes a abrirnos a su acción y a ponernos en sus Manos, para que conducidos por Él, encontremos el camino de, despojados de todo aquello que nos impide y contamina, servirte incondicionalmente. Amén.

sábado, 20 de junio de 2015

EL APEGO QUE CON TU GRACIA QUIERO VENCER



No es ningún secreto, ni tampoco ningún descubrimiento que estamos tocados y heridos por el pecado egoísta de amontonar riquezas y poder. Relacionamos felicidad con mando y poder y  nos convencemos que lo conseguiremos consiguiendo riquezas.

Riquezas materiales e intelectuales ávidas de poder y en las que centramos nuestras vidas ,esforzándonos en amontonar ese tipo de tesoros. Sin embargo, Jesús nos presenta y propone otros planes. Nos invita a pensar de otra manera y a no poner el poder y riqueza como centro de nuestra vida. Él nos ha dado lo necesario para abastecernos de lo que necesitamos, y a no agobiarnos  por tantas cosas que nos sobran y que corresponden a las necesidades de otros.

Señor, danos un corazón humilde, generoso, equitativo y obediente para cumplir tus planes y proyectos. Transforma nuestro corazón egoísta en un corazón abierto a la caridad y al compartir con los más pobres y necesitados. 

Somos conscientes de nuestras limitaciones y pecados, y, sin tu Gracia, Señor, no podremos suavizar nuestro egoísta y endurecido corazón. Por lo tanto, nos ponemos en tus Manos para, liberados por tu Gracia, de las cadenas y esclavitudes de este mundo, purificar nuestros corazones y construir un mundo más solidario y justo donde las riquezas sirvan para repartirse como un bien y beneficio en y para todos. Amén.

lunes, 21 de octubre de 2013

¡APARTAME DE LAS RIQUEZAS, SEÑOR!



Sé que las riquezas no son malas. Lo verdaderamente malo es apoyar mi vida en las riquezas y creerme fuerte y capaz de ser feliz por las riquezas. Más peligroso aún es creerme que en las riquezas puedo conseguir todo lo necesario para ser feliz y para satisfacer mi vida. E incluso llegar a pensar que soy mejor que el otro porque soy más rico.

Pensar así es estar totalmente equivocado de rumbo. Simplemente porque la experiencia de mi propia vida me lo descubre. Observo que mucha gente se ha quedado en el camino. Su riqueza no le ha servido para que su corazón siguiera latiendo. Se ha acabado, bien por negligencia o por enfermedad. Le ha llegado su hora cuando, quizás, menos lo esperaba. ¿Para qué tanto atesorar bienes y riquezas?

Sabemos que con la riqueza se pueden conseguir muchas cosas, pero también sabemos que salvar nuestra vida, que es lo que definitivamente importa, no depende de ser rico. Ni tampoco pobre. Se trata de algo más sencillo y gratuito. Se trata de reconocernos hijos de Dios, y de saber que de Él hemos recibido todo lo que tenemos, incluso la riqueza. Y eso que nos ha sido dado gratuitamente y por Amor, nos lo ha entregado para usarlo en nuestra salvación.

Y lo hacemos así cuando, no apoyamos nuestra vida en las riquezas de este mundo, sino que compartimos y vivimos el amor que Dios nos da con los demás. Vivir no pensando en mí, sino pensando en el bien de todos aquellos cercanos física y espiritualmente que salen al paso en mi camino. 

Ilumina Señor mi vida para que, con la fuerza del Espíritu Santo, sea capaz de compartirla integralmente con todos aquellos que la necesitan. Y de forma especial para llegar y conocerte a Ti.

domingo, 4 de agosto de 2013

LA VERDADERA RIQUEZA



Buscamos lo mejor, pero no sabemos, porque nuestros tesoros son caducos y nos producen el vacío y la insatisfacción. Necesitamos la asistencia del Espíritu Santo para saber que tesoro buscar y que tesoro es merecedor de, encontrado, esconderlo en el corazón de nuestro propio campo para vivir solamente para y de él.

Sólo la Vida de la Gracia nos puede dar esa herencia que tanto ambicionamos, tal es Vida eterna y gozosa. Y eso lo conseguimos cuando vivimos en la Voluntad del Señor. En Él está el verdadero Tesoro que debemos ambicionar y solo las cosas que nos acercan y le imitan son verdaderos tesoros que harán nuestra vida verdaderamente rica.

Pidamos al Padre Dios no apartarnos de atesorar verdaderos tesoros que contengan amor, porque solo los actos de amor son actos que nos valen para ganar la verdadera vida que queremos. En ese sentido, pidámosle al Padre abrir nuestros graneros interiores para dar y darnos en misericordia y verdadera caridad a los demás.

viernes, 15 de febrero de 2013

EN LA OPULENCIA NUESTRA VISTA SE NUBLA

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Y ese es el miedo que me turba y me impacienta. No quiero riquezas ni poder que puedan tentarme a separarme de Ti, Dios mío. Sé que necesitamos solucionar nuestros problemas, pero el primer y más importante problema es estar a tu lado. Incluso aunque eso nos suponga la muerte, porque morir en Ti, Dios mío, es vivir para siempre.

No permitas que nuestras debilidades materiales nos alejen de tu Rostro. Hay muchas promesas de mejoras y prosperidad, pero, ¿a cambio de qué? No quiero subsistir si eso me aleja de Ti, ni tampoco que sea causa de alejamiento para otros, que ciegos por sus penurias económicas, se venden al precio que sea.

Ilumina nuestras mentes y danos la sabiduría de saber que caminos tomar, a pesar de que se presenten con obstáculos difíciles de superar. ¿Es esa la puerta estrecha de la que nos hablas? Te rogamos, Señor, que nos des la voluntad y las fuerzas necesarias para no dejar de insistir en pasar por ella.