Así es Señor, sin Ti no seré capaz de soportar todas las dificultades de mi vida. La que la vida misma por diversas circunstancias de mi entorno y mis círculos me presenta y las que derivan de mis propios errores y egoísmos. Porque mis malos caminos son escogidos y elegidos libremente por mí mismo, pues Tú, mi Señor me has hecho libre para decidir por mí mismo.
Y es que cuando las cosas se tuercen en mi vida, soy yo mismo el que quiere enderezarlas. Y eso supone que siempre escogeré lo mejor para mí, a pesar de que perjudique a mi hermano. No querré sacrificios ni renuncias que me hagan sufrir y siempre elegiré, yo primero y después los otros.
Yo siempre me equivocaré, pues nunca sabré elegir bien. Ni para mí ni para otros. Por eso, Señor, necesito tu Gracia, tu Sabiduría, tu Consejo, para que, aunque no sea lo que me guste y me exija renuncia y sacrificios, sepa que lo que viene de Ti es lo mejor para mí. Pero, bien sabes Señor que yo sólo no puedo y necesito tu Fuerza y tu Poder para recorrer la dura travesía de mi vida.
Señor, sé que Tú no permitirás que afronte dificultades superiores a las fuerzas que me has dado, y que estarás siempre a mi lado. pero aumenta mi fe y mi confianza para que en esa esperanza encuentre siempre las fuerzas y la motivación de seguir el camino, a pesar de la lucha, que conduce hasta Ti.
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