¡Señor!, necesitamos orar, porque la oración es el vehículo por el que te pedimos lo que necesitamos. Si no oramos no llega nuestra voz y súplicas a Ti. Pero también necesitamos creer en la oración. Este mundo, de espaldas a Ti por el pecado del hombre, no se arregla sin oración. Porque por medio de la oración, Tú Señor nos escuchas y nos provee de lo que necesitamos.
En la oración descubrimos y aceptamos que Tú, Señor, eres nuestro Padre y nos presentamos como hijos adoptivos por los méritos de tu Hijo Jesús, Dios y Hombre verdadero. Y por la oración crece y aumenta nuestra fe y tu Poder Señor se manifiesta en nosotros. Danos, pues, Señor, la sabiduría y la fortaleza de ser fieles y seguidores orantes, que por medio de la oración se mantienen en constante unidad contigo.
En este mundo difícil, opuesto a tu amor y sometido por el pecado al poder del demonio, libéranos Señor por el poder de tu Amor a través de nuestra relación orante. Y por ella, danos la Gracia de salir vencedores ante la oferta de rechazo que este mundo nos propone.
Porque Tú Señor eres la esperanza y salvación que todos los hombres esperan y buscan. Danos la luz de verte y llegar a Ti.
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