No quiero eludir la pregunta ni tampoco mirar para otro lado. Quiero Señor dar una respuesta sincera, responsable, comprometida y veraz. Quiero seguirte, pero experimento mis limitaciones, mis carencias, mis pecados... Son lozas que me impiden caminar como, a mí me gustaría, detrás de Ti.
El peso es mucho, me tiembla el pulso y mis apegos y apetencias me someten. Necesito el Espíritu Santo, que iluminó a Pedro, para que me ilumine, me fortalezca y me invada de paz y serenidad. Sólo me es imposible liberarme de mis pecados. Me someten y dominan y me experimento perdido y vencido.
Quiero seguirte Jesús y entregarte mi corazón. Tómalo y transfórmalo en un corazón de carne, sensible, generoso, dado, disponible, escuchante, atento, sabio, prudente, fuerte y lleno de amor, para responder con firmeza a tu pregunta y entregarte sin condiciones mi vida.
Dame la paciencia y perseverancia de seguirte sin desesperar, con la esperanza de recibir tu Gracia cuando Tú, mi Señor, lo decidas.
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