Somos limitados y nuestros actos no llegan a estar a la altura de poder pagar tanta Gracia ni favores recibidos. Nuestra limitación es tanta que no llegamos ni a comprender ese tan grande misterio de tu amor. ¡Tanto recibido de forma gratuita y sin posibilidad ninguna de poder pagarlo!
¡Ese es el gran misterio de tu Amor, Señor! Ni siendo sumisos y fieles a tu Voluntad seremos dignos de recibir todos tus dones, porque somos todo tuyo, Señor, simples criaturas de tu Amor. Hay tanta infinitud entre nosotros y Tú, Dios mío, que no podemos ni siquiera imaginar ese misterio. Nuestra ignorancia es tal que sólo Tú, Señor, puedes dárnosla a entender.
Por eso Señor, mejor no decir nada sino postrarnos ante Ti y darte humildemente gracias por todo lo recibido, por la vida y también por la muerte, porque a través de ella entraremos, por tu Misericordia y Amor, a compartir contigo nuestra humilde vida.
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