Señor mío, no te escondas a mis pobres ojos. Necesito verte y creer en Ti. Mi fe es poca, impaciente y débil y me siento desfallecer ante la avalancha de tentaciones y dificultades que este mundo me ofrece. Tengo miedo a sucumbir y a alejarme de Ti. El cansancio y las tempestades encienden mis dudas y debilitan mis fuerzas.
Dame la fortaleza de buscarte a pesar de los obstáculos que se me presentan. Sostenme firme y dispuesto a continuar la marcha, Dame la sabiduría de apoyarme en los hermanos y caminar junto con ellos. No deje que mis apetencias y egoísmos a los que estoy sometido me aniquilen y puedan conmigo. Expulsa de mi corazón esos malos espíritus inmundos que amenazan mi camino y mi vida.
Señor, en Ti confío y te abro mi corazón para que a tu lado y con tu Fuerza pueda vencer cada día los peligros que amenazan mi vida.
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