Se me ocurre pensar que hay bastante diferencia entre la necesidad y los deseos. Porque puedo desear muchas cosas, que incluso algunas puedes ser necesarias o no sobran al menos, pero sin las que me puedo pasar. Sin embargo, hay cosas que si las necesito de forma muy importante o casi vital.
También es verdad que solemos pedir muchas cosas deseadas sin mirar su verdadera necesidad, y cuando se trata de pedir gratuitamente, como es el caso de pedir a nuestro Padre Dios, solemos hincar la lista de los deseos ante que las necesidades. Bien, es verdad que a veces pedimos lo que, al menos, creemos que es verdadera necesidad, pero no por eso será lo que más nos conviene.
Será bueno, aunque nos costará más, disponer nuestro corazón a la Voluntad de Dios, entre otras cosas porque es Él el único que sabe realmente que necesitamos y que nos viene mejor para cada uno de sus hijos.
Por eso, hoy, aprovechando esta humilde reflexión les invito a unir nuestras oraciones para pedirle sabiduría, como hizo el rey Salomón, en saber discernir lo que tenemos que pedir y separar aquello que aunque sea deseo no nos sea tan necesario.
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