Con tu venida se ha instaurado el Reino de Dios. Porque Tú, Señor, eres el Reino de Dios. Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Eres el Reino de los Cielos, porque en Ti está la Verdad y la Justicia. Y donde hay Verdad y Justicia hay Amor.
Y ese es el Reino de los Cielos, un Reino de Verdad, de Justicia, de Paz y Amor. Y la mayor prueba, tan evidente que la observamos todos los días y a cada instante, es que todos los hombres buscan y luchan por eso. ¿Qué son las luchas políticas, sino mensajes y promesas de instaurar leyes y derechos que vayan dirigidos al bien común de todos los hombres? Todos buscamos eso.
Ahora, lo que ocurre que todos decimos muchas mentiras y nos auto engañamos y engañamos a los demás. Y, luego, no cumplimos lo que decimos. Y, por eso, por nuestro egoísmos y pecados, el mundo está mal, y el Reino de Dios no está instaurado. Pero, verdad es, que todos lo buscamos y queríamos implantarlo.
Pues, para eso ha venido Jesús. Y Jesús no miente, sino que todo lo que ha dicho y dice se cumple. Y Reina en el corazón de todos los hombres que se abren a la Verdad. La Verdad y la Vida que Él nos proclama y que, con su Vida, nos enseña el Camino.
Pidamos al Señor la sabiduría, la fortaleza y la paz, para que en El podamos encontrar caminos de verdad y de justicia entre los hombres. Y para que no perdamos la esperanza de ser pacientes y confiados en su Palabra, hasta que llegue el momento que venga definitivo a nuestro corazón y lo deje verdaderamente instalado para siempre.
¡Ven, Señor, a reinar dentro de mi corazón e instaura en él tu Reino. Reino de verdad y justicia; Reino de amor y de paz! ¡Ven Señor!. Amén.
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