Tú sabes Señor que yo quiero seguirte con todas las de la ley. Siempre he pensado que estar a media vela no conduce a ningún lugar. Pero también experimento que no doy la talla, o al menos eso me parece a mí. Me descubro pobre, lleno y cargado de apegos, apetencias, tentaciones, comodidades, errores, soberbia y cierta suficiencia.
Sabes que lucho contra todo eso, pero no sé si lo suficiente o al límite de mis posibilidades. Y esa es mi preocupación y pecado. Quizás también peque de exigirme más de lo que Tú me pides y me has dada para resistir y no me acepto. Ahí puede esconderse mi soberbia y mi pecado.
De cualquier forma Señor, Tú me conoces mejor que yo, me sondeas y sabes todo de mí. Por eso, porque sé que me amas y me buscas, y me esperas, me acerco a Ti para pedirte la fuerza de tu Espíritu y un corazón nuevo capaz de descubrir y experimentar el gozo de ser amado y de amar.
Porque sólo lleno de Ti Señor experimentaré el gozo de descubrir, en y cerca de la vida de los demás, la experiencia alegre y gozosa de amar.
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