Crea en mí un corazón nuevo y que hable en verdad Señor. Un corazón que haga vida la palabra y palabra la vida a través de sus obras en el camino que transita hacia la Casa del Padre. Una palabra firme y fuerte y fraterna que contagie, ilumine e irradie la fe recibida. Una palabra humilde, generosa, compartida, entregada y servicial fundamentada en tu Palabra, la Palabra Absoluta de la Verdad Absoluta.
Porque mi palabra Señor es una palabra necia, tribulada, pecadora, indecisa, débil y maleable por los vientos huracanados que la empuja al abismo y la perdición. Necesito de Ti para vivir en Ti, y así hacerme fuerte, firme e invencible ante las tempestades que amenazan con zozobrar y derrumbar mi credibilidad y honor.
Te pido, Señor, luz y sabiduría para ser fiel testigo de tu Palabra con mi humilde y pobre palabra que sólo Tú sostienes en verdad y justicia. Amén.
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