Es la pregunta que debe estar presente cada mañana al levantarnos: ¿Dónde apoyo y sostengo mi vida? Porque según esté afirmada, sostenida y fundamentada, persistirá ante la tempestad y aguantara la embestida del viento y del huracán. Por eso, Señor, te pido sabiduría y fortaleza para saber apoyar mi vida en roca firme que la mantenga a flote ante las tempestades y huracanes.
Vivimos en un mundo llenos de tentaciones y señales que nos invitan a la comodidad, al disfrute, al olvido de los demás y al pasarlo bien. Eso supone darle mucho valor al dinero, al poder, al cuerpo y a todo lo que nos vale para satisfacer nuestro egoísmo. Y también hacer de esos objetivos nuestra apetencia fundamental. Sólo que olvidamos que estamos construyendo nuestra vida sobre arena, pues a la menos contrariedad todo se viene abajo como castillo de naipes.
Danos Señor la fortaleza de la oración y la Eucaristía y también la perseverancia de la penitencia, para que preparados cada día hagamos de nuestra vida una fortaleza inexpugnable que ninguna tentación pueda arrebatarla y arrastrarla por el camino del pecado y el desamor. Una fortaleza con seguro de eternidad garantizada por tu Amor...
Porque sólo Tú, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna, y sólo en Ti venceremos todo tipo de tempestad y huracán que nos pretenda amenazar. Ilumina nuestra vida para que sea construida y sostenida sobre la Roca de tu Amor. Amén.
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