¡Señor, necesito sostener mi barca, pues hace agua por todas partes! Las tempestades dentro de tu propia Iglesia embisten contra mi insignificante barca y la hacen zozobrar. Llena del peso de mis dudas y mis temores, mi barca se hunde Señor, y necesito agarrarme a Ti para sostenerla en el mar y poder navegar dentro de tu Iglesia hacia la orilla de tu Reino.
Pesan muchos mis pecados, y mis temores y mi debilidad frágil se derrumba al menor contratiempo y tempestad que azote mi vida. Me fe se debilita y, temerosa y desconfiada, exige pruebas y testimonios que la aumenten y acreciente, dando más pruebas de su desconfianza y poca fe. Sólo se me ocurre gritar, como hizo Pedro, "Señor, sálvame".
Perdón Señor por mi atrevimiento y mi poca fe. Perdón porque a pesar de tanto amor recibido me atrevo a negarte, a desconfiar de Ti y a pedirte pruebas de tu Amor. ¿Qué miserable soy Señor? Sólo mantengo la esperanza en tu Infinita Misericordia y Amor.
Te pido, Dios mío, que sostengas mi fe y me tiendas la Mano que, como a Pedro, salves de las tempestades y de los vientos de este mundo que amenazan con hundirme mi pobre y pequeña barca.
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