Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 10 de agosto de 2014

NECESITO SOSTENER MI BARCA



¡Señor, necesito sostener mi barca, pues hace agua por todas partes! Las tempestades dentro de tu propia Iglesia embisten contra mi insignificante barca y la hacen zozobrar. Llena del peso de mis dudas y mis temores, mi barca se hunde Señor, y necesito agarrarme a Ti para sostenerla en el mar y poder navegar dentro de tu Iglesia hacia la orilla de tu Reino.

Pesan muchos mis pecados, y mis temores y mi debilidad frágil se derrumba al menor contratiempo y tempestad que azote mi vida. Me fe se debilita y, temerosa y desconfiada, exige pruebas y testimonios que la aumenten y acreciente, dando más pruebas de su desconfianza y poca fe. Sólo se me ocurre gritar, como hizo Pedro, "Señor, sálvame".

Perdón Señor por mi atrevimiento y mi poca fe. Perdón porque a pesar de tanto amor recibido me atrevo a negarte, a desconfiar de Ti y a pedirte pruebas de tu Amor. ¿Qué miserable soy Señor? Sólo mantengo la esperanza en tu Infinita Misericordia y Amor.

Te pido, Dios mío, que sostengas mi fe y me tiendas la Mano que, como a Pedro, salves de las tempestades y de los vientos de este mundo que amenazan con hundirme mi pobre y pequeña barca.

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