No es historia ni vivencias ya acontecidas, son hechos y vivencias que hoy se pueden repetir si pones y abres tu corazón a la Voz del Señor. Él, Jesús, pasea con nosotros hoy también, y nos habla y nos cuenta lo que sufrió por cada uno de nosotros. Y se interesa por nuestras necesidades y se preocupa cuando los problemas nos acucian y nos ponen entre la espada y la pared. Prefiere predicar con el ejemplo cumpliendo antes de dar escándalo.
Puede ocurrir que le dejemos hablar solo y no pongamos atención a lo que Él nos dice. Así los problemas podrán con nosotros, porque sin Él todo será imposible de superar. También nos recuerda y actualiza su Pasión y la quiere compartir con nosotros. Nuestra vida, nuestros problemas, nuestras angustias, nuestras persecuciones, nuestros sufrimientos y muertes, nuestros rechazos por confesarle son nuestras pequeñas cruces que ponemos en sus Manos y compartimos con Él.
Pero todo se llena de esperanza porque sabemos, como Él nos lo dijo y lo cumplió, que resucitaremos en Él para su Gloria y por su Misericordia y Amor. Todo se viste de hermosura, de esperanza y de alegría porque esta vida no es sino un puente que nos lleva a la otra, a la que Jesús nos prepara junto a su Padre Bueno del Cielo. Por eso, Señor, queremos estar contigo, pasear contigo, hablar contigo y compartir contigo toda nuestra vida.
Cada día renovaremos la esperanza de vivir los acontecimientos de nuestra vida junto a Ti, y en Ti, y gozaremos de tu presencia en la celebración Eucarística donde Tú te haces presente y compartes con nosotros nuestra vida. Amén.
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