No hay mayor meta ni ansia de felicidad que buscar la verdad, la justicia, la libertad y el amor, porque sólo amando podemos vivir en la verdad, la justicia, la libertad y el amor. Esa es la propuesta que Jesús nos hace, buscar la felicidad en el amor. Porque no hay otro camino.
No se puede vivir en la verdad si no se ama; tampoco se puede vivir en la justicia si tu corazón no late al ritmo del amor; no eres libres si tu corazón está apegado y condicionado por tu egoísmo. Necesitas ser libre para ser capaz de amar. Sólo amando puedo aspirar a ser dichoso, a saciar el hambre y sed de justicia, a reír y gozar de la paz en ese mundo esperanzador que Jesús me revela, descubre y promete.
¡Sí, Señor!, porque mi corazón experimenta que cuando soy libre y me entrego al servicio de los más necesitados, de los excluidos, de los que lloran y sufren carencias y necesidades, siento gozo y felicidad en la medida que comparto y alivio sus tristezas y llantos. Descubro que la felicidad se esconde detrás de la entrega y el compartir de lo tuyo con los otros que carecen y necesitan lo suyo.
Lo tuyo lo has recibido gratis y los otros esperan de ti recibirlo también gratis, compartido libremente y fraternalmente. Pero, Señor, soy pobre y necesitado de amor, y eso vengo a pedirte en este humilde rincón de oración.
Dame ese corazón grande que necesito para dar y darme en generosidad de tiempo, de bienes, de riquezas y de vida en aliviar y dar la verdad, la libertad y lo justo a todos aquellos que de ello carecen. Amén.
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