He oído alguna historia de personas convencidas que alguien enviado, un ángel, por ejemplo, le ha salvado de algún apuro o la misma vida. Otras las he oído por televisión o radio, y otras las he leído. Lo cierto es que los ángeles existen y están ahí, envidados por Dios, para protegernos y cuidarnos.
Uno de mis recuerdos imborrables es el cuadro, en la cabecera de mi cama, que representaba a dos hermanos, niño y niña, atravesando un puente en una noche de tormenta y de rayos cuidados por el Ángel de la Guarda. Siempre, en momentos especiales, como puede ser este, vienen a mi memoria y me llenan de nostalgia, de esperanza y de paz.
Sí, sin lugar a dudas, todos tenemos un ángel que nos cuida y nos protege. Recordamos innumerables vivencias de cuando jóvenes y de cómo hemos salido de situaciones comprometidas y difíciles sin saber cómo. Pasan los años y experimentamos que nuestro Ángel de la Guarda nos ha acompañado en todo momento con su presencia, compañía y mirada.
Posiblemente tendremos que abajarnos y hacernos un poco niño, como aquel joven que ensimismado y con la mirada perdida en aquel cuadro de la cabecera de su cama, presentía que él también tenía un ángel como el del cuadro, que lo cuidaba y protegía, sobre todo en esos días de enfermedad que solía pasar mirándolo y recreándose en él.
Dame Señor la Gracia y el don de escuchar los pasos del Ángel de mi Guarda, que Tú has enviado a recorrer mi vida y a acompañarme hasta dejarme junto a la puerta de tu Casa. Amén.
2 comentarios:
"Todos tenemos un ángel que nos cuida y nos protege".
Pienso, Salvador, que es muy interesante evangelizar sobre este tema pues aunque es una verdad de fe, no todos los católicos creen en ella. Es un regalo de Dios y sería una pena no tener conciencia de el.
Un abrazo!
Siempre muy oportunas y edificantes sus publicaciones.
Dios lo bendiga.
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