Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 16 de diciembre de 2014

SINCRONIZA, SEÑOR, MIS PALABRAS CON MI VIDA




Haz,Señor, que mis palabras no sean lanzadas al aíre de forma indiferente e irresponsables, sino que tengan eco en mi vida y se ajusten al cumplimiento de tu Voluntad. Porque yo quiero hacer lo que Tú me sugieres y me indicas, y de nada me vale decirte que lo hago y luego no hacerlo.

Porque sé, Señor, que lo que Tú me propones y me mandas hacer es para mi bien. Tú quieres mi felicidad y te has hecho Hombre para darmela y ganarme para la vida eterna. Pero eso pasa porque yo te obedezca y me deje llevar por tus propuestas y órdenes. Pero también, Señor, me reconozco débil y próclive a la tentación. Necesito tu Fuerza para fortalecerme y cumplir tu Voluntad.

Porque sin Ti, Dios mío, quedo en manos del Maligno y sin ninguna posibilidad de salvación. Me presenta un mundo hermoso y gozoso, pero vacío y finito. Y yo, sin Ti, Señor, no resisto esa tentación. Diré que sí como el segundo hijo de la parábola que hoy nos dices, pero luego te defraudo y desobedezco. Dame tu Fuerza y tu Gracia para, fortalecido y apoyado en Ti, hacerme digno de mi palabra y cumplirla, no sólo con mi lengua sino con mi vida.

¡Oh, Señor!, no dejes que mis debilidades y limitaciones me puedan y mis palabras queden sin la respuesta de mi vida, porque no quiero prometerte lo que, después, no cumplo. Tengo confianza en tu Fuerza, Señor, porque si Tú me propones y me mandas a hacer esto, es porque lo puedo hacer. Porque Tú no nos abandona y no nos deja solos. En Ti confío Señor.

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