No es fácil seguir tus pasos, ni alimentarnos de tu Cuerpo y Sangre. Cuesta perseverar y, sobre todo, mantener esa actitud a pesar de las dudas, la sensación de perder el tiempo, o la experiencia de no parecer cambiar, ni mejorar o sentirte. Cuesta bastante.
Y creo que a los discípulos les pasó lo mismo. Incluso a pesar de presenciar signos y señales extraordinarias que Tú, Señor, les hiciste para avivar su fe y su inquietud. Cuánta gente pudo presenciar directamente tus signos y no se abrieron a tu Palabra. Hubo muchos que sí, pero sabemos que otros muchos no, al menos aparentan, no haber respondido.
Y hoy sigue ocurriendo lo mismo. Mucha indiferencia y rechazos a tu Palabra. Consideran una pérdida gastar tiempo en escucharla o prestarle atención. Na dan crédito a tus señales, o le dan interpretaciones que fabrican ellos mismos. Creo que de aparecer nuevas señales todo sería igual. Solo les interesa para que les cure o les saque de alguna situación difícil, pero nada más. Para lo demás se bastan ellos solos.
Están ciegos y se dejan guiar por ciegos. Sus pasos no tienen sentido y su camino es un camino de perdición. En este contexto, Señor, te pedimos que los que queremos creer en Ti seamos más digno, auténticos y coherentes con nuestra vidas y tu Palabra para contagiar a los demás. Danos, Señor, tu Pan, Cuerpo y Sangre bajado del Cielo, que nos alimenta y nos sostiene en tu Palabra y en la fe de reconocerte como verdadero Hijo de Dios enviado para salvarnos.
Concédenos, Señor, la Gracia de no desfallecer y de recibir cada día tu Cuerpo y tu Sangre como alimento que nos salva y nos da la Vida Eterna. Amén.
2 comentarios:
Amen,amen y amen.
Que texto tan hermoso.
Bendiciones.
Señor gracias por tanto amor moristeis por mis pecados y todavía me das la alegría de vivir en tu palabra beber y comer tu cuerpo es la mejor bendición que se puede recibir
Publicar un comentario