Dios no puede crear nada malo, y mucho menos su creación favorita y predilecta, el hombre, hasta el punto que la ha creado a su imagen y semejanza. Por tanto, el hombre criatura de de Dios, es bueno y creado para amar.
Ahora, otra cosa es que el hombre, creado libre, se rebele y se aleje de Dios quedando a merced del pecado. Su naturaleza humana es débil y propensa a sucumbir ante las seducciones y placeres del mundo. De modo que, sostener nuestro corazón puro y limpio de pecado nos exige esfuerzo y una constante lucha sin cuartel.
Ahora, otra cosa es que el hombre, creado libre, se rebele y se aleje de Dios quedando a merced del pecado. Su naturaleza humana es débil y propensa a sucumbir ante las seducciones y placeres del mundo. De modo que, sostener nuestro corazón puro y limpio de pecado nos exige esfuerzo y una constante lucha sin cuartel.
Una lucha que no podemos sostener solos, ni tampoco apoyados en nuestras propias fuerzas. Necesitamos a Xto. Jesús, el único que nos puede sostener firmes ante la adversidad y las tempestades del mundo. Él es la Roca donde debemos construir el edificio de nuestra vida y el apoyo donde debemos descansar nuestra vida para resistir y vencer a esos obstáculos que, la misma vida, nos va presentando. En Él y por Él lograremos realizar esas obras buenas que duermen en nuestros corazones y, por supuesto, dar buenos frutos.
Por tanto, tenemos que construir nuestro camino desde Xto. Jesús y en Xto. Jesús. Y, desde Él cultivar nuestro corazón para sostenerlo purificado y limpio de todo pecado a fin de que sus obras sean buenos frutos. Amén.
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