Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 25 de febrero de 2021

LA HUMILDAD DE PEDIR

 

Es condición indispensable se humilde para pedir, porque, de no serlo te será imposible hacerlo. Pedir cuesta y se necesita mucha humildad para abajarte y hacerlo. La soberbia y el orgullo te impedirán pedir, buscar y llamar. Solo el humilde se acerca y, reconociéndose pobre, necesitado y pecador se postra y pide.

Y, ¡claro!, podemos pedir algunas cosas al hermano, a nuestros familiares y amigos, pero, solo nuestro Padre Dios nos podrá dar lo necesariamente importante para salvarnos, para convertir nuestra vida de pecado en este mundo en Vida Eterna en el otro, junto al Padre y compartiendo su Gloria. Por eso, necesitamos ser humildes y pobres de espíritu para sabernos necesitados y, en consecuencia, pedir, buscar y llamar.

Te pedimos, Señor, la Gracia de la humildad y la sabiduría de sabernos criaturas tuyas, necesitadas de tu Amor y Misericordia. Danos la fortaleza de vencer nuestra soberbia y orgullo para, reconociendo nuestra pequeñez y nuestra condición de criaturas, seamos lo necesariamente humildes para, postrados ante Ti, Señor, pedir, buscar y llamar todo lo necesario para nuestra salvación. Amén.

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