Es condición indispensable se humilde para pedir, porque, de no serlo te será imposible hacerlo. Pedir cuesta y se necesita mucha humildad para abajarte y hacerlo. La soberbia y el orgullo te impedirán pedir, buscar y llamar. Solo el humilde se acerca y, reconociéndose pobre, necesitado y pecador se postra y pide.
Y, ¡claro!, podemos pedir algunas cosas al hermano, a nuestros familiares y amigos, pero, solo nuestro Padre Dios nos podrá dar lo necesariamente importante para salvarnos, para convertir nuestra vida de pecado en este mundo en Vida Eterna en el otro, junto al Padre y compartiendo su Gloria. Por eso, necesitamos ser humildes y pobres de espíritu para sabernos necesitados y, en consecuencia, pedir, buscar y llamar.
Te pedimos, Señor, la Gracia de la humildad y la sabiduría de sabernos criaturas tuyas, necesitadas de tu Amor y Misericordia. Danos la fortaleza de vencer nuestra soberbia y orgullo para, reconociendo nuestra pequeñez y nuestra condición de criaturas, seamos lo necesariamente humildes para, postrados ante Ti, Señor, pedir, buscar y llamar todo lo necesario para nuestra salvación. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario