Cuando intuimos o percibimos que nuestras obras no están limpias, buscamos la oscuridad para ocultarlas y que no se vean. Es decir, engañamos. La mentira se esconde en las tinieblas. Sin embargo, la verdad busca la luz. No tiene nada que ocultar y desean que sus obras se vean porque están hechas en la Voluntad de Dios.
Eso es lo que te pedimos hoy, Señor, que nuestras obras estén siempre expuestas a la luz para que sean vistas por todos y para que, si no son buenas, como nos gustaría, al menos para que sean corregidas hacia el bien buscando siempre la luz. Porque, lo verdaderamente importante es la buena intención. Lo bien intencionado no se esconde.
Danos, Señor, la fortaleza y sabiduría de vivir en la luz y que nuestras obras se correspondan siempre con la verdad y justicia, buscando siempre la luz para, según la Voluntad de Dios, y para que todos las vean. Amén.
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