Hay muchos caminos en la vida, tanto como vocaciones, pero, solo uno es el verdadero. Porque, solo uno es el que te puede dar esa felicidad eterna que tu ardientemente buscas. Hoy, Jesús, se descubre, al hablar con Tomás, como el único Camino, Verdad y Vida que lleva a esa morada prometida donde seremos felices eternamente.
¡Que gran alegría y paz nos da el Evangelio de hoy! El Señor nos llama a no turbarnos, que no tiemble nuestro corazón y no dejemos entrar las dudas que nos tratan de alejar de Él. Nos promete que vendrá a buscarnos y que ha ido a prepararnos un lugar: En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros.
Es hermoso y esperanzador escuchar esas Palabras de Jesús, saber que el siempre cumple lo prometido. Dame, Señor, la capacidad de tu presencia y compañía. Porque, Tú eres esa morada Gozosa y Eterna que me preparas. Estar contigo, Señor, es y será la dicha Eterna que no podemos imaginar. Solo, aquellos a los que Tú se lo permites podrán sentir ese éxtasis de gozo y felicidad que es saberse en tu presencia.
Gracias, Señor, por estas hermosas Palabras de esperanza y esta hermosa promesa que nos llena de inmenso gozo y felicidad. Sí, Señor, ayudados por el Espíritu Santo te esperamos pacientemente perseverando en tu Palabra. Amén.
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