Ha sido sembrado en mi corazón el mayor Tesoro que se puede encontrar. Nos lo decía Jesús en esa hermosa Palabra del Evangelio de - Mateo 13, 1- 9 -: Salió el Sembrador a sembrar. Al sembrar una parte... Esa Palabra que nos anuncia la Buena Noticia está enterrada en nuestro corazón. Una Palabra que es el mayor Tesoro que se pueda encontrar. Una Palabra que nos habla del encuentro con ese Dios que nos ama y que ha enviado a su Hijo para revelarnos su Amor. Una Palabra que nos salva y que nos da esa Vida y Felicidad Eterna.
Pero, a pesar de que lo sabemos, nos perdemos y desorientamos en el camino de su búsqueda. Por eso, Dios mío, te pedimos que ilumines nuestros pasos, fortalezcas nuestra voluntad y derrames tu Gracia para que nuestros corazones descubran que Tú eres el centro de nuestras vidas y ese Tesoro escondido que buscamos en lugares donde no está. Muéstranos, pues, ese lugar donde Tú moras en nosotros para que descubramos tu Amor y, por medio de tu Gracia, orientemos nuestro camino y, descubierto ese Tesoro escondido, lo pongamos como objetivo y meta final de nuestras vidas.
Danos, Señor, la luz que alumbre nuestros pasos para seguir los Tuyos y cumplir tu Voluntad. Porque, en ese cumplimiento, libre y gozoso, descubrimos el verdadero Tesoro que llevamos escondido dentro de nuestro corazón. Amén.
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