Tú, Señor, eres la Buena Noticia. Anunciar que estás entre nosotros es anunciar que está cerca el Reino de los Cielo. Porque, Tú eres el Reino al que queremos llegar. Tú, nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida. Tu anunció está sembrado en nuestro corazón desde el primer instante de nuestra vida, pero, para cultivarlo, desarrollarlo y anunciarlo necesitamos tu Gracia, Señor.
Y eso es lo que vengo a pedirte hoy en este espacio humilde de oración. Postrado a tus pies, mi Señor, te pido la Gracia de abrir mi corazón a la acción del Espíritu Santo, que ha bajado a mí en la hora de mi bautismo. Dame la sabiduría de saber discernir lo que quieres de mí y los que me has dado para, descubierto, ponerlo a rendir en tu nombre y para tu Gloria.
Reconozco la pobreza y las debilidades que me someten y que me impiden anunciar ese Reino de los Cielos al que Tú nos envía a anunciar. Por eso, Señor, queriendo responder a tu llamada, abro mi corazón a tu Gracia para que, transformada por ella, dé los frutos que Tú esperas de mí. Amén.
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