Podríamos hacernos una pregunta: ¿Qué opción prevalece y marca el paso de mi vida? Porque, en la medida que tratemos de dar respuesta a esa pregunta podremos descubrir que opción es la primer y predomina sobre las demás. En el Evangelio de hoy, Jesús nos descubre que significado tiene el seguirle y quienes son precisamente quienes le siguen: «Si alguno viene a mí, y no renuncia a su padre y a su madre, ni a su mujer y sus hijos, ni a sus hermanos y hermanas, y ni siquiera a su propia vida, no puede ser mi discípulo».
Visto así nos parecerá imposible de cumplir ese seguimiento como Jesús nos lo exige. Sin embargo, conviene y mucho aclarar y encontrar el verdadero significado de esas Palabras de Jesús. Porque, no se trata de dejar a los demás, sobre todo a nuestra familia, sino de tomar siempre como primera opción el amor. El amor a los más cercanos - familia- y a los más necesitados, pobres y débiles.
Porque, precisamente, la Voluntad de nuestro Padre Dios es esa, amar a los demás, sobre todo a los enemigos - los rezamos cada día en el Padrenuestro - como el Señor nos ama a cada uno de nosotros. Aplicados en ese esfuerzo estamos tomando, y por tanto implicándonos en considerar a nuestro Señor Jesús como la primera opción en nuestra vida. Es decir, le seguimos posponiendo todo lo demás en segundo plano.
Ahora, reconocemos lo difícil, duro y costoso que nos resulta vivir en esa actitud de renuncia a todas nuestras apetencias, ambiciones, vanidades y egoísmos. Por tanto, desde este humilde rincón de oración pedimos al Señor que derrame su Gracia sobre cada uno de nosotros y nos fortalezca en la actitud de poner siempre nuestra pobre capacidad de amor en disponibilidad de darnos por amor gratuito y según la Voluntad de Dios. Amén.
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