Experimentamos que nuestras actuaciones están mediatizadas por aquellos que nos rodean. La comunidad en ese aspecto nos ayuda y nos alienta. Experimentamos que en comunidad nos sentimos más arropados y fortalecidos por la presencia de los demás. Y advertimos que necesitamos a los demás para actuar.
Es algo que está dentro de nosotros y que es inherente a nuestra naturaleza. Estamos tocados por la hipocresía y por el gusto de actuar para que nos vean. Sí, nos confesamos pecadores y experimentamos que tu presencia, Señor, nos es absolutamente imprescindible. Necesitamos de tu Espíritu para poder superar esa inclinación egoísta a hacer para ser visto.
Y eso te pedimos hoy aprovechando tu Palabra. Haznos actores para Ti. Actores que vivan su vida de forma auténtica y verdadera solo para Ti; actores que busquen no el aplauso de los hombres, sino solo tu Aplauso y tu Gracia. Actores que hagan de su papel el proyecto de sus vidas, y que solo les importen Tú. Tú, Señor, eres el público de mi vida.
Por eso, a pesar de nuestras debilidades, de nuestras inclinaciones, de nuestros rechazos y egoísmos, de nuestras caídas, de nuestros apegos y pecados, límpianos Señor de nuestra egoísta hipocresía y haz que nuestras vidas sean vividas solo teniéndote a Ti como referencia y público. Amén.
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