Adoremos a Cristo, que, al entrar en Jerusalén, fue aclamado por las multitudes como rey y Mesías; acojámosle también nosotros con gozo, diciendo:
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna a ti, Hijo de David y Rey eterno;
— hosanna a ti, vencedor de la muerte y del mal.
Tú que subiste a Jerusalén para sufrir la pasión y entrar así en la gloria,
— conduce a tu Iglesia a la Pascua eterna.
Tú que convertiste el madero de la cruz en árbol de vida,
— haz que los renacidos en el bautismo gocen de la abundancia de los frutos de este árbol.
Salvador nuestro, que viniste a salvar a los pecadores,
— conduce a tu reino a los que en ti creen, esperan y te aman.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
PADRE NUESTRO
ORACIÓN:
Dios todopoderoso y eterno, tú quisiste que nuestro Salvador se hiciese hombre y muriese en la cruz, para mostrar al género humano el ejemplo de una vida sumisa a tu voluntad; concédenos que las enseñanzas de su pasión nos sirvan de testimonio, y que un día participemos en su gloriosa resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
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