Lo que importa no es el tiempo vivido, sino la intensidad con el que se vive, sobre todo injertado en Xto. Jesús. Nada importa, sino la entrega amorosa en correspondencia a tu Amor y por tu Amor, a los demás. Por lo tanto, hay prisa por vivir intensamente tu Amor, es lo prioritario, es nuestra carrera y nuestra máxima aspiración.
No importa la pesca en cuanto a la cantidad, sino la dedicación intensa a esa pesca y al trabajo de atraer ese pescado para su buen fin: "dar el alimento necesario para que el hombre viva en el gozo y la felicidad eterna en la presencia del Padre Dios".
Te entrego mi vida Señor para que la transformes y la hagas útil para tu singular pesca, tal es la de llevar a todos los hombres el Mensaje de Salvación: "La oferta amorosa de tu Padre Dios a todos los hombres del mundo de que sean felices y eternos en su Casa".
Danos la capacidad de que tu Amor sea el motor de nuestras vidas y la fuerza para que, cada día, tenga la vitalidad de empezar un nuevo amanecer renovado en tu Espíritu y en la disponibilidad de entregarme al servicio y amor a los demás. Amén.
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