Ven Espíritu Santo, llena mi corazón y enciende en mí la llama de tu Amor. Envíame Señor tu Espíritu para que mi corazón sea creado de nuevo. Convierte mi corazón viejo y egoísta en un corazón nuevo y generoso. Que la prioridad en mi vida sea darme en servicio por el bien de los demás.
Dame, Espíritu Santo, la luz que encienda mi vida y la llene de tu Fortaleza, para no desfallecer y poner siempre toda mi voluntad en tus Manos y a tu servicio. Porque sé que tu servicio es servir a los más pobres y marginados. A aquellos que no te conocen y que solo entienden la ley del amor gratuito, del pan material y del poder.
Danos la sabiduría, Espíritu Santo, de testimoniar el amor en servicio y de ofrecer nuestro poder como ofrenda gratuita y servicial por amor. Y, por último, danos la humildad de sabernos pobres y limitados para ponernos y dejarnos guiar por la acción del Espíritu Santo. Amén.
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