Señor Resucitado,
has ido limando y purificando
nuestro corazón de piedra,
para vaciarlo de todo lo que
nos impide amarte y siguirte,
y lo has transformado
en tu morada.
De lo profundo
de nuestros sepulcros
nos has devuelto la vida,
Vida nueva en comunión con Dios.
Haz que seamos capaces
de anunciar
la Fe y la Alegría
de tu Resurrección
a todo el mundo como brisa suave
de la Nueva Evangelización.
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