¿Es qué no veo lo que ocurre a mi alrededor? ¿No veo como mi propia vida ha ido creciendo en fe y santidad? ¿No veo las maravillas y prodigios de mis hermanos en la fe? ¿No me experimento resucitado de mi ataque de muerte súbita hace diez años? ¿No veo las curaciones que otros, por la Gracia de Dios, hacen en su nombre? ¿De qué me tengo que convencer?
Sólo pedirte perdón Señor, y darte gracias por tu Misericordia, por tu Paciencia sin límites y Bondad Infinita. ¿Qué sería de mí sin tu Amor? Gracias te seguiré dando todos los días de mi vida porque cada segundo e instante vivido es pura Gracia tuya.
Gracias por obrar pequeñas maravillas en mí humilde persona y por derramar manantiales de fe en mi corazón que me hacen seguirte, buscarte, vivir inquieto en Ti y anhelarte a cada momento de mi vida. ¡Me has dado tanto, Señor que es imposible agradecértelo! ¡Necesitaría tu Fuerza y tu Gracia para poder hacerlo!
Perdona mis fracasos, mis errores, mis fallos, mis debilidades, mis miserias y tantas veces como te he decepcionado. No soy digno de Ti, y si lo soy es por tu Gracia. ¡Qué dignidad tan grande ser considerado tu hijo! ¿Se puede ser más?
Señor, gracias por todo. Yo quiero seguirte y dejarme moldear por tu Corazón.
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