Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 2 de diciembre de 2013

LA FE MUEVE MONTAÑAS



Si tuviera fe no haría falta movernos, porque la fe no necesita presencia sino simplemente fe. Eso fue lo que ocurrió con aquel centurión romano. Jesús no necesitó presentarse en su casa, sino que con sólo una Palabra suya bastó para sanar a su ciervo.

Pronunciamos esas palabras cada vez que nos disponemos a recibir al Señor: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme". Aquel centurión sólo necesitaba la Palabra de Jesús. Eso le bastaba para sanar a su ciervo. Y eso le pidió al Señor.

No me extraña que Jesús quedara gratamente sorprendido. Cuando muchos, aun presenciando sus milagros, negaban su poder y divinidad, aquel centurión sólo de oídas creyó que Jesús podía sanar a su ciervo, y no sólo eso, sino que con una sola Palabra suya bastaría para sanarlo.

¿Creemos nosotros igual que el Centurión? Pues si no es así, pidámosle al Señor que  aumente nuestra fe y abramos nuestro corazón a su Palabra. En estos momentos de preparación a su venida, estemos atentos a que nuestro corazón sea más acogedor a su Palabra y la dejemos acomodar haciéndole un hueco para que anide y nos transforme.

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