Planta tu Palabra dentro de mi corazón. Yo, Señor, pobre pecador, trato de abrirlo con todas mis fuerzas y prepararlo para tu siembra. Pero necesito el agua de tu Gracia y la tierra de tu Palabra, para que la semillas de mi vida nueva dé los frutos que Tú , Buen Sembrador, esperas recoger.
Despierta y aviva mi corazón, y mueve mi voluntad, para que mi vida corresponda a tu Palabra y sea capaz de llevarla a otras tierras necesitadas de ser sembradas. Y dame la valentía y la prontitud de correr a tu llamada sin pensármelo, sin mirar la vista atrás. Confiado y abandonado a tu providencia y a tu protección.
Aleja de mí toda exigencia y demostración de tu identidad pidiéndote pruebas de quien eres. Impúlsame como un niño a fiarme y confiar en Ti. A ponerte en la primera prioridad de mi vida y a esforzarme para los que permanecen a mi lado te descubran a Ti en mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario