Estamos esclavizados, eso es cierto, pues nuestra naturaleza débil y pecadora nos arrastra y nos tienta inclinándonos al afán de lucro, a las ganancias, al poder y las riquezas. Pero podemos rechazarlas y librarnos de someternos a ellas. Somos libres aunque encadenados por el pecado.
Nuestra voluntad puede liberarse y decidir romper con esas ataduras que intenta someternos, pero que no pueden, ni lo conseguirán si permanecemos y caminamos con y en el Señor. Por eso te necesitamos Señor, y nos agarramos a tu Espíritu para en Él fortalecernos y romper con los vicios y egoísmos que nos esclavizan tratándonos de apartarnos de Ti, e intentando someternos.
Danos la Gracia de no desfallecer y ser perseverantes, y, sobre todo, la confianza que afirme nuestra fe en sólo servirte a Ti. Líbranos de todos nuestros apegos, nuestros egoísmos e inclinaciones a las riquezas, al tener y poseer, al valorarnos más por lo que tenemos que por lo que somos.
Y danos un corazón humilde, despegado y solidario para descubrir que en el compartir y en el amor está el verdadero poder y felicidad. Amén.
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