Es escándalo tiene efecto cuando se realiza en gente inocente, indefensa y sin recursos para poder defenderse, es decir, inocentes. Es ahí donde el escándalo tiene caldo de cultivo y puede dar frutos. Por eso es una canallada, abuso y un escándalo, valga la redundancia.
Por eso se hace necesario revisarnos, medir nuestras palabras, nuestros actos y ver serenamente nuestro campo de acción, porque hay momentos, lugares y circunstancias que, sin pretenderlo, escandalizamos. Y eso puede tener, y de hecho tiene, consecuencias muy graves. Y nos basta con pedir perdón, sino que hay que reparar en la medida de lo posible el daño causado.
Claro,todo se perdona, pero el perdón exige arrepentimiento, pues sin él sería una farsa y no se puede dar. Más si, a pesar de su ofensa, se acerca a ti arrepentido, perdónalo. Son Palabras del Señor y por lo tanto sin ninguna duda para nosotros. Cierto es que somos débiles y propensos a dudar, pero confiados al Señor le pedimos que nos aumente la fe hasta el punto de, en su Nombre, actuar como Él nos dice.
Danos Señor la confianza de confiarnos a tu Palabra y a tu Verdad. Aumenta nuestra débil fe y fortalece nuestra frágil confianza vencida por los avatares y circunstancias de nuestra vida, y afirma nuestra voluntad, para que endurecida por la fe seamos capaces de cumplir tu Voluntad.
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