Gracias Señor por tu Aliento que empuja nuestros pasos y mueve nuestras esperanzas. Gracias Señor por la Vida y por la promesa de Eternidad. Gracias Señor porque sin Ti la vida sería insípida y insalubre y sin sentido. Porque caminar sin esperanza sería la mayor de las desesperanzas y tristezas.
Sin embargo, no lo entiendo Señor, observo a la gente que camina el itinerario de su vida, indiferente, distraído, ajeno a tu presencia y falto de esperanza eterna. Anhelan esperanzas mundanas, pero no quieren escuchar ni oír que esas esperanzas son vanas, finitas, caducas... ¿Cómo pueden andar el camino de sus vidas en esa actitud cuando tienen la promesa de la esperanza de vida gozosa y eterna?
Sí, me lo digo a mí mismo, falta de fe. Pero es que la fe hay que buscarla. Es un don de Dios, pero hay que buscarla, pedirla y arrimarse al Señor, suplicándole que nos la infunda y aumente. No obstante, el Señor ha sellado dentro de nosotros la inquietud y el deseo de felicidad eterna, y eso buscamos desesperadamente, pero cuando no lo hacemos en el Señor, nos equivocamos de camino y nos perdemos.
Por eso, hoy te pedimos Señor que nos aumentes nuestra fe para que en Ti podamos vivir el amor. Ese amor que Tú nos tienes, nos regalas, y por el que nos ofrece la Vida gozosa y eterna que todos buscamos. Te suplicamos que tengamos la sabiduría, la fortaleza y la voluntad de buscarte y luchar en el amor por estar entre tus elegidos, porque eso nos dará la salvación eterna.
Señor, ayúdanos a no alejarnos de Ti. Crea en nosotros un corazón nuevo, y limpio de toda maldad, para que, siendo Tú el Centro y Rey de nuestras vidas, te descubramos en los pobres, en los necesitados, en los que sufren y carecen de lo necesario para tener una vida digna, y seamos generosos y atentos a aliviarles.
Señor danos la Gracia de vivir en tu presencia y de, vivido el amor que Tú nos propones, contar entre tus elegidos el día de tu Gloriosa venida. Amén.
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