No se puede estar unidos si no se está unidos en la caridad fraterna. Porque la unidad se hace visible en la caridad. ¿Cómo se puede entender la unidad familiar si no se apoyan, se asisten y ayudan fraternalmente? ¿Cómo se puede entender la unidad matrimonial si los esposos andan cada uno por su lado?
La unidad exige caridad, porque entre otras cosas para estar unidos es necesario el amor. ¿Y qué es el amor sino caridad? Ambas van unidas porque el amor se concreta en buscar el bien del otro, y si eso falla, el amor queda adulterado o con componendas. El amor rompe con las condiciones y se lanza sin paracaídas. Es incondicional, ama sin condiciones, y asume los errores y fracasos.. Sólo entiende de amar hasta la misericordia.
Así nos ha amado Jesús y así nos invita a amar. Él es la referencia, el modelo a imitar. Por eso es el Camino; es la Verdad y es la Vida. Nas ama hasta el punto de dar la cara por cada uno de nosotros y su compromiso llega tan lejos que ruega al Padre para que se cuide de nosotros acabada su misión. No se puede entender un Dios Padre de otra manera.
Gracias Señor, porque nos has revelado al Verdadero y Único Padre. Un Padre que es Amor, que nos llama y nos da la dignidad de ser sus hijos, y que nos entrega a su Verdadero y Único Hijo, Jesús, como Hermano, Mesías y salvador nuestro.
¿Estamos ciegos? ¡No se puede pedir más! No se encuentra una revelación como esta en ninguna parte del mundo, ni en los profetas o considerados dioses de este mundo. Jesús es el Verdadero Hijo de Dios, porque da testimonio de su Amor y de su Verdad, y se cuida de todas las ovejas de su rebaño hasta el punto de dar su vida por salvarla.
Pidamos al Señor que no nos falte nunca la Gracia de sentirnos queridos y salvados por su Amor y Misericordia Infinita. Y que nos asista siempre su sabiduría para saber elegir entre las ofertas tentadoras que este mundo nos ofrece y el gozo de vivir eternamente junto a Él.
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