Los discípulos le piden al Señor que les explique la parábola, ¿y nosotros, qué le podemos pedir? Porque, también necesitamos muchas explicaciones y orientaciones respecto a nuestro camino y a nuestro proceder. Sí, Señor, nada más oportuno que aprovechar este humilde rincón de oración para pedirte que nos explique cómo hemos de proceder.
¿Qué me ocurre, Señor, que no avanzo lo suficiente en mi vida interior? ¿Qué me pasa que me siento atormentado por tanta cizaña en mi vida y de la que experimento que no me puedo librar? ¿Cómo puedo, Señor, serte más fiel, más obediente, mejor discípulo, más atento, más escuchante de tu Palabra y más servidor?
Enséñame, Señor, y dame fuerzas y voluntad para poder perfeccionar mi camino y servirte en los hermanos como Tú quieres que haga. Enséñame a amarte a través de mi servicio a los demás, empezando por los enemigos como Tú me has indicado. ¿Cómo puedo encontrarte, Señor? ¿Como puedo ser un apóstol cada día más cualificado y más cumplidor de tu Palabra y Amor?
¿Como es mi oración? ¿Es constante, sincera, confiada, hecha con verdadera fe, entregada y ofrecida desde lo más profundo de mi corazón? Dime, Señor, ¿còmo soy y descúbreme mis miserias, mis pobrezas y mis necedades? Necesito, Señor, tu asesoramiento, tus indicaciones y tu guía para no caer en manos de la cizaña que va conmigo y amenaza mi vida.
Por eso, Señor, desde este rincón de oración te suplico que iluminas mi vida y la de todos aquellos que quieren seguirte y comparten nuestro rincón. Y, también, de los que te dan la espalda y no quieren ver la realidad de sus vidas ni el fin de sus caminos. Amén.
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